pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Soy de los que cree que lo que hizo el juez Fredy Orellana es ilegal porque en Guatemala es el Tribunal Supremo Electoral (TSE) el máximo ente en los asuntos electorales. Soy de los que cree que el caso de las firmas de Semilla, al igual que el de VAMOS y el resto de partidos, debe investigarse hasta las últimas consecuencias y soy de los que matiza que solo la investigación contra el partido oficial avanza y dejando más preguntas que respuestas por la manera en la que proceden.
Dicho todo lo anterior, también creo que el tema de la bancada Semilla se ha convertido un lastre para el país, para el Gobierno y para el mandato de transformación que recibió el partido oficial en las urnas, porque la transformación del país parece atada a si son o no bancada.
Samuel Pérez, jefe de la bancada que no es bancada por la disposición de Fredy Orellana y las presiones del Ministerio Público (MP), ajustó los acuerdos del 2024 que incluyeron Q5 mil millones extras para los Consejos Departamentales de Desarrollo (CODEDES) para lograr una reforma al artículo 82 de la Ley de Delincuencia Organizada.
Ahora que escribo estas líneas, me entero que la Corte de Constitucionalidad (CC) otorgó la inconstitucionalidad al CACIF y eliminó, entre otras tres cosas, el artículo 135 que tenía asignación de los saldos del 2024.
En otras palabras, aceitaron el sistema para tratar de ser bancada y no para lograr los cambios en el sistema de compras y adjudicaciones del país, para fortalecer la Controlaría General de Cuentas y darle un rol preventivo, para reformas legales que enderecen el Estado de derecho, fortalezcan la elección de cortes, la rendición de cuentas en el MP de forma integral.
No usaron esos millones para entrarle de lleno a las reformas que se requieren en el tema de los puertos y aeropuertos, de cómo recuperar la infraestructura denunciada por corrupción (el aeropuerto de Escuintla es el mejor ejemplo), entre muchos otros vicios que limitan oportunidades de inversión y generan migración.
Pérez y muchos diputados de Semilla (porque no son todos) han privilegiado relaciones con personajes como Luis Aguirre, por ejemplo, y les dieron dinero vía los CODEDES a los mismos actores que quisieron descarrilar la democracia.
Muchos diputados, tipo Felipe Alejos y Alan Rodríguez, hicieron un juego de préstamo de votos. Ellos no votaron por la reforma para el 82 de la ley de delincuencia para no pelear con el MP, pero pusieron a sus alfiles a votar a favor del 82 para no perder el acceso a los Q5 mil millones de los CODEDES. Dinero que les ha servido para seguir operando para fortalecer un sistema perverso que no tiene capacidad para resolverle y responderle a la gente.
La forma en la que la bancada que no es bancada hubiera tomado tracción y poder es trabajando en las reformas y propuestas que el país necesita y por las que los votaron el año 2023, pensando que sus líderes en el Congreso eran diferentes.
Resultó que a Pérez no lo invitaban antes a las meras fiestas y ahora que ya le tocó como Jefe de los diputados oficialistas, tomó un camino diferente que además ha provocado que muchas pugnas internas y el mejor ejemplo de ello es el caso de Félix Alvarado, situación en la que tanto el exministro como los diputados llevaron sus molestias a las redes sociales y quedaron en evidencia.
La Junta Directiva del Congreso y el mismo Gobierno tienen que tomar una decisión: sigue todo girando en él cómo regresan a ser una bancada, en los deseos de Samuel Pérez o dan paso a tomar las decisiones que el país necesita y que van más allá de si hay o no Semilla en el Congreso.
El país tiene enormes retos. A Bernardo Arévalo el régimen de Giammattei y Miguelito le sirvió la presidencia y ahora es el momento en el que debemos unirnos para lograr que Guatemala salga adelante.
Hay miembros de la bancada que están más centrados en generar divisiones entre sectores que buscar puntos de acuerdo y si a eso le sumamos que todo gira alrededor de cómo logran ser bancada, entendemos por qué llegamos a un punto muerto en la ruta de transformación que tanto necesitamos.
Haciendo el trabajo integral desde el Congreso, incluso tendrían más apoyos para recuperar su bancada porque el mismo MP, líder de la ofensiva, quedaría en más burda evidencia, pero la mayoría de diputados oficialistas han mordido el anzuelo del sistema.
A finales del año pasado casi le quitan la jefatura a Samuel Pérez y sí le arrebataron a Andrea Villagrán la subjefatura, porque hay muchos que entienden que la ruta que tomaron y los mezcales que gozaron no fueron las razones por las que los eligieron.
Las reformas, las propuestas y la transformación del país urgen y no puede depender de si hay bancada o partido.
**Actualización: Se modificó el artículo el 30 de enero de 2025 a las 16:20 horas para matizar el artículo de los CODEDES que se declaró inconstitucional.
