Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Soy un convencido que Consuelo Porras no es la que en el Ministerio Público (MP) se lleva las maletas con pisto, pero también estoy convencido que Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y Jimmy Morales algo le saben y eso se vuelve como su seguro para vivir una vida en impunidad mientras ella dirija el MP.

La primera vez que conocí al presidente Bernardo Arévalo hablamos de varias cosas, entre ellas, le pregunté qué debíamos hacer para no vivir en péndulos judiciales y me contestó que era necesario buscar una especie de justicia transicional para darle paso a todos aquellos que querían reconocer y ser parte del cambio y del futuro del país.

También siempre he creído que ojos que no ven, corazón que no siente y mientras los guatemaltecos no conozcamos un ejemplo claro de cómo nos han robado el dinero, de cómo se ha movido desde las cuentas de algún contratista para ir a personas y empresas directas o relacionadas a quienes ejercieron el poder, la gente no terminará de dimensionar los niveles de podredumbre que tenemos enfrente.

La conferencia de doña Consuelo lo dice todo y por cierto señora Fiscal, investigar sí sé, pero no tengo su puesto, ni soy Juez ni Jefe de la Super para pedir o tener acceso a las cuentas de los contratistas y menos a las cuentas de aquellos a los que usted les juró impunidad eterna. Entonces no haga las de aquel que se confiesa y dice “no se oye Padre”.

A los que queremos cambios, nos toca como un chiste famoso, el de “caminar y comer chicle al mismo tiempo” – (el que sabe sabe)  – y es que justamente eso nos toca porque la realidad del país nos demanda atender los múltiples frentes para lograr un cambio real, ese que la gente demandó en las urnas tras un hartazgo profundo.

Consuelo Porras y la realidad del MP es solo uno de esos frentes, porque las necesidades en todas las facetas del Estado son enormes. Al Gobierno y al Presidente les toca liderar los grupos y esfuerzos alrededor de las realidades en salud y educación (nunca resolveremos la economía integralmente si no ajustamos estos asuntos y sus sindicatos), en puertos y aeropuertos, en infraestructura en general y por supuesto el fortalecimiento institucional y el Estado de Derecho (aquí la elección de cortes es clave).

Y por el tamaño de los retos, debemos evitar la mayor cantidad de fisuras posibles en aquellos con los que podemos tener puntos de encuentro y con eso darnos duro contra los vicios del sistema. Dicho eso, se vuelve indispensable recuperar la relación entre el Ejecutivo y los diputados que estén listos para construir país de verdad.

Los acuerdos políticos se vuelven necesarios y se pueden lograr sin las vías típicas de corrupción, pero como sucede en la vida, todos debemos para adentro. Urge reconducir los esfuerzos operativos del oficialismo en el Congreso. Además, entes como la Contraloría General de Cuentas (CGC) deben hacer su trabajo para asegurar que los dineros se usen bien. La CGC sigue mandando malos mensajes y lo que quieren hacer con las gradas del aeropuerto fomentan esas dudas.

Parte de recuperar el sentido de la Presidencia de la República más allá de los berrinches del “Ingeniero Martínez” como se hace llamar aquel en redes, implica que el mandatario y su equipo puedan convocar a los diferentes sectores (político, empresarial y social) para empujar el alcanzar acuerdos y los roles que cada quien debe hacer para materializar los cambios.

Que la reforma a la ley del MP se debata como Dios manda porque esta es una oportunidad para enmendar el error del 2016. Yo soy de los que piensa que se adelantaron los tiempos porque falta sensibilización en la gente en torno a lo que el MP esconde y lo irónico es que hasta la Ley de Competencia, que los oficialistas del Congreso venden como un logro propio y no colectivo, se fue en la colada del olvido por el tema de la fiscal y la falta de acuerdos al respecto.

En el tema de corrupción, si al final el Superintendente de Bancos, Saulo de León, hace su trabajo y la Intendencia de Verificación Especial (IVE) presenta todas las denuncias que se deben, las cosas quedarán en evidencia, pues es tal el tamaño de los “negocios” que la gente se expresará porque esto literalmente llora sangre.

Es necesario la comunicación más efectiva, entender los tiempos. Tratar el tema del MP y el voto en la asamblea de la ONU en la misma semana, para volver a poner el tema en el Consejo de Seguridad, no fue una buena idea.

Trabajar de la mano para fortalecer lo necesario y que eso nos allane el camino para lograr más inversiones serias que agreguen valor, es en el mejor interés de todos porque eso abre el mundo de las oportunidades para miles de guatemaltecos que las piden a gritos.

Termina una semana convulsa y todos debemos atinar a reconducir el barco porque es lo que la gente imaginó el año pasado cuando decidió dar la espalda a los esquemas de corrupción de siempre.

Todavía hay tiempo: el paciente está en la emergencia y no queremos que pase al Intensivo.

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