Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
En la columna del martes expresé que Consuelo Porras entendió que su rol como garante de la impunidad para Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y muchos operarios de la corrupción estaba en juego y ha actuado acorde.
Desde hace varios días se ha reportado los planes del Ministerio Público (MP) en ampliar el edificio del ente investigador y en La Hora abordamos el tema. La Fiscal General ha tenido la habilidad de presentar el proyecto a diferentes actores de la vida nacional y ha procedido a publicar sus respuestas en redes sociales.
Pero así como ha querido ser “transparente” en ese proceso del edificio, ¿por qué no es igual de clara respecto a los muchos casos e investigaciones que hasta la fecha ha impedido y detenido en contra de la pareja que nos gobernó 4 años, Alejandro Giammattei y Miguel Martínez?
Cualquier ejercicio de transparencia en el gasto público debe ser analizado y bien recibido si ayuda a que el dinero de los guatemaltecos se gaste eficientemente y con menos opacidad.
Dejando eso claro, lo que no puede pretender Porras es que con esas acciones con una mano invisibilice lo que hace la otra que es igual a proteger a actores que usaron mal dinero del Estado para satisfacer negocios personales y que provocaron millonarios contratos, cuyos principales beneficiados no fueron los guatemaltecos.
No se puede hablar de transparencia para unas cosas y oscuridad para otras. Una cosa es hablar del proyecto de expansión y algunos pueden quererla felicitar, pero no por ello debemos seguir inmunes al hecho que Porras no ordena una sola investigación que pueda tocar las entrañas de Giammattei, Martínez y sus aliados particulares.
Obras, medicinas, aeropuerto, caminos rurales, vacunas, escuelas, parques y un sinfín de contratos que con tan solo seguir la ruta de los dineros los guatemaltecos podremos ver quienes fueron los principales beneficiados.
Para tener paz, Giammattei y Martínez se aseguraron de dejar en la Superintendencia de Bancos (SIB) a personas que les iban a ser fieles garantes que nada que los pudiera comprometer se iba a saber. Ni el MP pide que se investigue ni la Intendencia de Verificación Especial (IVE), que presidió antes el hoy superintendente, levanta la mano para que se inicie una investigación.
Para los políticos y sus mafias controlar la SIB y la IVE ha sido uno de los escollos más importantes de los últimos tiempos. No solo la pareja que nos gobernó, todos aquellos sancionados que no tienen cuentas tienen que hacer maravillas para recibir dineros, mover los que han acumulado, usar a sus testaferros para gastar el dinero mal habido y es en el mejor interés de las mafias que muchas transacciones pasen bajo el radar.
Quienes han sido invitados a participar y comentar respecto al proyecto de edificio, le harían un gran aporte al país si también le expresan a la señora Fiscal que lo del edificio muy bien, pero que mientras siga impidiendo que se investigue a quienes la nombraron, a quien le dijo “vieja p…” y sobre quienes pesan serios señalamientos de masiva corrupción, el país no podrá enderezar la ruta que tanto necesitamos para dar saltos de calidad.