Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Guatemala tiene, por primera vez en algunas décadas, un chance real de construir un futuro distinto. La participación ciudadana vía el proceso electoral fue un revulsivo necesario ante tantos años de lo mismo y ante tantos actores de una trama en la que la corrupción era la norma y la impunidad el camino.
Claro está que el sistema perverso en el que vivimos no se construyó en un día ni se erradicará en una semana, pero la mejor muestra que los cimientos podridos están en juego es la manera en la que han reaccionado aquellos que han tenido el control de un sistema que no atina a responderle a la gente.
Y ahora es cuando los guatemaltecos, lejos de estar viendo en qué no estamos de acuerdo, empecemos a construir sobre los puntos en los que somos capaces de entendernos.
Por ejemplo, clara ha sido la postura de diversos entes entre los que se incluyen grupos empresariales, sociales, indígenas, académicos en torno a las acciones del Ministerio Público (MP) en contra de la voluntad de las personas expresadas en las urnas.
Hay un consenso generalizado que el resultado electoral no lo podemos modificar porque eso fue lo que quiso el ciudadano, porque en nuestras elecciones los mismos ciudadanos son los garantes de la voluntad popular y por eso todos los que resultaron electos el 25 de junio y el 20 de agosto deben tomar posesión.
No hay un consenso, todavía, en torno a qué debe pasar con personajes como Consuelo Porras al frente de MP. Hay quienes piden su renuncia y expresan que no cesarán sus acciones hasta que ella se vaya y otros que estiman que más allá de Porras y si decide irse o no, debemos trabajar para forzar cambios en la matriz del sistema jurídico del país en busca de un verdadero Estado de Derecho.
Pero el punto más importante es que, si no tenemos la capacidad de entender que con o sin Porras, tenemos objetivos en común y que sobre ellos debemos centrar nuestras fuerzas, vamos a dejar pasar una buena oportunidad de construir.
Las acciones del MP pueden ver un fin si la Corte de Constitucionalidad (CC) actúa conforme a derecho. Que la CC siga entreteniendo la nigua implica que la gente seguirá ejecutando acciones en busca de detener a Porras, pero hay quienes están usando esta coyuntura para sembrar más división y desconfianza en una sociedad que necesita unión y confianza. La CC no puede seguir viendo para otro lado y debemos centrar, por ahora, nuestros esfuerzos y acuerdos en que resuelvan.
Hay un pacto por la democracia y debe ser más visible. Debe además haber un pacto por la gobernanza y la transformación del país.
En La Hora hemos valorado la disposición de dialogar de las distintas partes y por eso, valoro el gesto de mi amigo Luis von Ahn quien facilitó transporte que permitió al Presidente Electo trasladarse hasta Washington luego de tener que volver a Guatemala desde México por las arbitrarias acciones del MP en contra del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
La visita a Washington en donde ha habido reuniones con diversos sectores, estuvo en juego porque las acciones del MP alteraron todos los planes, pero dado el esfuerzo de muchos guatemaltecos para que dialoguemos, se logró concretar la visita aunque ello ha implicados pocas horas de sueño que han sido vencidas por el deseo de construir.
Los guatemaltecos debemos entender a debatir sin entrar en pleito, a valorar en lo que sí estamos de acuerdo porque no siempre estaremos de acuerdo en todo lo que hagamos, pero las diferencias no pueden marcar nuestro camino.
Vienen las semanas y meses más duros pero a la vez los más apasionantes porque si nos logramos poner de acuerdo y aprovechamos esta oportunidad, Guatemala tiene un chance real de cambio, de mejora, de inversión en la gente, de atraer más recursos e incentivar que se siga invirtiendo buscando sostenibilidad los diversos frentes.
No cedamos a las tentaciones de quienes desean vernos divididos y trabajemos para que en esta ocasión las cosas sean diferentes.