Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Siempre he creído que los días festivos solo nos deben hacer hincapié de algo que debemos vivir todos los días del año.
Hoy celebramos el Día de Todos los Santos y es necesario que nos sirva como una pausa para apreciar lo que se puede sentir como cotidiano con los que están y para valorar lo que tuvimos con los que ya no nos acompañan.
Las carreras del día a día nos hacen ver como común lo que en medio de la cotidianidad tiene mucho de especial.
Vivimos en un mundo en el que lo ordinario termina siendo poco valorado y se nos olvida que de actos ordinarios surgen cosas extraordinarias.
Se vuelve indispensable encarar la vida siempre con la mentalidad que el vaso está medio lleno y con posibilidad de más.
Hoy es un buen día para recordar, pero en especial para valorar que estemos en esta tierra para gozarnos a los que más queremos.
Si usted está pasando un momento difícil sepa que no durará para siempre y lo que hagamos en medio del dolor, de la pena y de la incertidumbre marcará el rumbo para los días con más sol y claridad.
Busquemos certidumbre en medio de las incertidumbres y hagamos lo propio no solo para gozar este día, sino para vivir una vida plena en sus momentos buenos y malos.
