Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Hoy el diario Prensa Libre confirma lo que publicamos aquí en La Hora el sábado. El oficialismo tienen los votos para reelegir a Shirley Rivera en la Junta Directiva del Congreso y aprobar el presupuesto 2023 (que será una piñata electoral). Cuenta con el apoyo de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) para consumar sus objetivos.

Con eso, Sandra Torres se estaría asegurando (salvo traición de las que les gustan en Casa Presidencial) su inscripción para ser candidata presidencial por la UNE en los comicios del 2023. Pasó de ser objetivo de Alejandro Giammattei para ir a la cárcel a ser una pieza clave en las intenciones oficialistas del Presidente y Miguel Martínez.

La inscripción de Sandra es un problema para gente como Zury Ríos. La hija del ex militar fue de las primeras aliadas del Gobierno de turno, pactaron muchas cosas y hasta fueron parte de la operación para controlar la Corte de Constitucionalidad (CC). Con eso ella sintió que su presencia en la papeleta era más que segura, pero en política y cuando hay tanto mañoso de por medio no hay nada escrito.

Ahora Zury tiene un píe fuera de la contienda porque Giammattei y Martínez no la quieren participando. No es un debate jurídico en el que hay mucho que hablar, es un tema político y en el mismo camino va Edmond Mulet porque fue otro que pactó con Giammattei y Martínez en la segunda vuelta pero al distanciarse cayó en desgracia.

Traigo todo a colación y titulo como lo hice, porque para justificar todos sus planes Giammattei y el Jefe de Jefes necesitan un elemento clave para poner en una encrucijada a las personas con capacidad de incidir en este país, principalmente en el sector privado: MLP, el brazo político de CODECA, también quedaría fuera de la contienda.

El Gobierno se plantea contestar a los inconformes en caso se terminen de decidir para dejar fuera a Zury y Mulet, que si no fuera por esas “movidas”, tampoco dejar afuera a CODECA/MLP sería posible porque si solo se enfocan las baterías con estos últimos, sería muy “burda” la acción.

A los ciudadanos le dirán que todo aquel que no apoye los planes oficiales, estará en contra del Gobierno y en favor de CODECA.

Martínez se ha dado a la tarea de repetir, a diestra y siniestra, que no quieren verlos “enojados” a él y al Presidente y eso significa no llevarles la contraria, no cuestionar sus decisiones y menos elevar la voz en público.

En otras palabras, la gente que no quiere a CODECA tendrá que tragarse el dulce de Ríos y Mulet porque así lo dispondrá el Gobierno; es la intención de Giammattei y el plan sagrado de Martínez.

Ante estos dejos de totalitarismo, en el que dos personas deciden lo que se les venga en gana, solo queda la avenida de los acuerdos sociales, multisectoriales si es que de verdad deseamos poder enderezar el curso y demandar de los políticos visión de país y no el uso del Estado como que fuera su empresa.

Ojalá atinemos a dar respuesta sin que sea demasiado tarde porque el país se juega mucho en estos meses que vienen. Matar una frágil democracia sería el tiro de gracia para un país que tiene tanto que ofrecer y solo necesita que hagamos las cosas de manera distinta.

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