Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Derivado de algunos cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos y tras aquellas larguísimas y caras campañas en las que destacaron Alejandro Sinibaldi y Manuel Baldizón, se dejó a los políticos como seres ciegos, sordos y mudos de la realidad que pasa en el país.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha emitido varias amonestaciones a algunos precandidatos pero no ha sido parejo porque las actividades del Jefe de Jefes y el partido VAMOS han pasado por debajo del radar y, como era de esperarse, no han tenido amonestación alguna.

Además de lo que manda la ley hay un factor que muchos políticos y representantes de partidos repiten: no quieren hacer “muchas olas” para que el Jefe de Jefes se les venga encima y el TSE les bloquee las inscripciones de asambleas que todos están por terminar.

Este debería ser el momento en el que los ciudadanos estuviéramos oyendo las propuestas, de aquellos que aspiran a puestos públicos, de cómo enfrentarán los vicios del sistema, de los ajustes que se necesitan y de los planes que tienen para fortalecer el sistema de salud, el sistema educativo, el sistema de justicia, etc.

Necesitamos saber qué harán con el molde que han perfeccionado para la asignación de la obra pública. Migramos de las constructoras que mordían, a que los políticos se volvieran constructores, para pasar al actual en donde el Jefe de Jefes tiene su círculo de confianza de personas y empresas a las que les hacen las asignaciones y de ahí salen los fondos para lograr los acuerdos que tanto anhelan y necesitan en el Congreso, solo por citar un ejemplo.

Muchos de los candidatos en la contienda no son enemigos de esos sistemas perversos, solo son opositores “momentáneos” porque no son ellos los que tienen el control del dinero y pueden hacer los negocios.

Como ejemplo Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, quienes de candidatos se expresaban de una forma pero una vez llegaron al poder, probaron sus mieles y vieron los millones a los que se tiene acceso, pasaron a ser operadores principales de un sistema que necesita la impunidad para poder operar con tranquilidad.

Para asegurar esa impunidad es que ambos necesitaron tener mucho Consuelo y abundantes Porras y por eso es que muchos de los políticos están solo peleando por ser ellos los del negocio, no por acabar los negocios para empezar a invertir en la gente.

Los ajustes son necesarios porque necesitamos tener la capacidad de atraer inversión extranjera e incentivar la inversión local, pero también es necesario que la gente no solo recupere la ilusión sino la certeza de que las instituciones funcionan mejor, que no solo están al servicio del mejor postor.

Los políticos por ley son mudos y por pánico al Jefe de Jefes se hacen los ciegos y sordos porque no quieren que el TSE les pase la cuenta y los mande a esperar otros 4 años más. Pero mientras todo esto pasa, el Jefe de Jefes sigue mandando los mensajes de qué esperan que pase para que él no se enoje.

Si los políticos no tienen la capacidad de articularse para pedir elecciones libres, el país terminará condenado a mayor fracaso porque hay algunos que están negociando con el Jefe de Jefes para que les levante el dedo. Buscan ser la opción a las paupérrimas opciones que tiene VAMOS con alguien como Manuel Conde (ni robándose las elecciones les creerán que ganó) y si le garantizan al Jefe de Jefes lo que quiere, sellarán un trato y harán lo necesario para pavimentar el paso.

Entienden que Giammattei entró a segunda vuelta en el 2019 por la ausencia de varios candidatos en la boleta y quieren repetir la fórmula en el 2023, especialmente para favorecer al candidato que se comprometa con el Jefe de Jefes y el Presidente.

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