Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Para cambiar algunas situaciones del sistema en Guatemala, primero hay que entenderlas y las situaciones de Alejandro Sinibaldi y Gustavo Alejos sirven justamente para eso.
El primero negoció/acordó su entrega después de varios años fuera del país (muchos lo vieron en Italia) y cuando vino expresó su deseo de contar y estaba trabajando con los investigadores porque entiendo que buscaba que sus aportes le alivianaran las cargas de la justicia.
Lo mismo fue la situación de Gustavo Alejos, quien hasta salió del Mariscal Zavala pretendiendo que al estar afuera y no en esa cárcel que se ha convertido como un centro de mando, la colaboración y sus aportes podrían fluir más.
Ambos fueron sancionados en su momento por Estados Unidos lo que les limitó mucho más su vida, sus actuaciones y sus operaciones mismas y hay quienes han comentado que esa “cerrada del círculo” los dejó en una complicada situación que les provocó a tratar de colaborar.
Estando a medio proceso se dan los cambios con más fuerza en el Ministerio Público (MP), concretamente en la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y se empieza a notar un cambio de patrón en ambos personajes.
Pasan de colaborar a operar los planes de Consuelo Porras y en el futuro veremos los frutos de esas acciones, pero hay que entender que eso es posible porque el sistema sigue intacto.
Hay quienes expresaron que era necesario que “el péndulo regresara un poco” luego de lo que sintieron como el asedio en los casos, pero hay quienes expresan que regresó demasiado cuando ven a actores que dominaron los esquemas de corrupción, empoderados de nuevo.
Esto no es un tema de péndulos, esto en realidad son los efectos de un sistema que los guatemaltecos hemos sido incapaces de cambiar. En parte porque somos muy malos para alcanzar acuerdos y en otra porque los que desean consolidar el sistema son muy hábiles para trabajar de la mano y asegurar que el sistema que termina siendo “la gallina de los huevos de oro”, siga dando.
Si Consuelo Porras no es reelecta queda por verse cómo moverán sus piezas jugadores como estos con alguien como Jorge Luis Donado y es que si el hoy procurador quiere mantener la apariencia por unos meses, no le será tan fácil operar con algunos personajes.
Ver a Sinibaldi y G. Alejos operando de nuevo nos hace sentir que estamos de regreso a la época del 2008 (cuando arrancó el gobierno de Álvaro Colom) y el 2012 (cuando arrancó el de Otto Pérez) y eso solo es posible porque el sistema en el que ellos reinaron, no solo no cambió sino que se fortaleció.
Si los guatemaltecos que trabajan honradamente, los empresarios que hacen las cosas bien, los ciudadanos que desean enseñar a sus hijos que la vida no es de atajos, no logran trabajar de la mano para que se hagan los ajustes necesarios, el futuro de la sociedad guatemalteca seguirá seriamente comprometido y ver a los personajes del pasado, volver a operar como “Jorge por su casa” será el nuevo normal.