Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Durante varios días el equipo de La Hora intentó comunicación con la casa matriz de Remed, que forma parte del Stella Holdings pero no nos fue posible obtener respuestas. Nos llamó la atención que en la página no se acreditaba un solo proyecto, el correo que aparecía “rebotó” y luego nos dieron un Gmail para hacer las consultas que nunca fueron contestadas. Una empresa que va a invertir US$700 millones no tiene ni un correo institucional.

Queda la sensación que el Estado les hizo un “regalo” con el contrato que conlleva control de tierra (la excusa que diga que es una entidad privada es impreciso porque el socio mayoritario de la Compañía Desarrolladora Ferroviaria, S.A. (Ferrovías) es el Estado) y la manera en que se hizo, con quienes se hizo da para pensar algo más.

Queda la enorme duda si le dieron “el negocio” a dedo a un grupo que sabe que no hará las inversiones pero que luego querrá demandar al Estado por el no cumplimiento de un negocio que nunca debió surtir a la vida jurídica porque se hizo en fraude de ley.

Se le quiere dar una apariencia de “legalidad” como el famoso usufructo de TCQ (cuando TCB vino a pedir concesión que es lo que correspondía), pero dadas las circunstancias se generan enormes dudas que no se logran resolver no solo porque no parece haber materia (no acreditar proyectos y escribir a un Gmail no es buena seña), sino que las autoridades se han empecinado. Nunca entendí la posición que asumió el Ministro de Economía.

El caso de la alfombra con dinero es otro de los ejemplos de los inversionistas que estamos atrayendo al país y eso no puede ser lo que nos depare el futuro. Todo empresario que se esfuerza y sabe lo que cuesta conseguir cada centavo no puede comulgar con estas formas.

En el pasado hay quienes se movieron en las aguas de Luis Chang, el entonces ministro de Energía y Minas y cuñado de Marvin Mérida y ahora aparecen en este nuevo negocio de Remed y eso genera enorme suspicacias en un país en el que no estamos haciendo las cosas de manera correcta.

Guatemala sí necesita incentivar la inversión local y atraer la extranjera para lograr generar más y mejores oportunidades para los nuestros, pero mientras no hayan competencias sanas para que los mejores en algo puedan competir, es muy difícil lograr cosas sostenibles en el largo plazo porque el negocio rápido, con más sobra que obra, no es una buena receta para el futuro.

Saben que tienen todo agarrado, que en el Ministerio Público (MP) no van a mover un dedo, que el Procurador General de la Nación (PGN) quiso hacer puntos con el Presidente con este negocio y lo muestra como botón de lealtad para ser el nuevo Fiscal General y que cualquier cosa, los del Ejecutivo llaman a su excompañera, Leyla Lemus, quien es mandamás en la Corte de Constitucionalidad (CC) y sigue marcando el ritmo en el Gobierno de Giammattei.

Negocios como estos nos deben hacer entender que no podremos construir el ambiente que deseamos con las reglas actuales y que ya debemos de empezar a pensar en maneras creativas para salir del atolladero. Algo que implique atender la coyuntura pero con contraprestación a cambios en el sistema, quizá pueda ser el camino para construir algo mejor, alejando de los “inversionistas”, que no son y que no que queremos.

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