Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
El Ministro de Gobernación asumió hace pocos días y seguramente ya se ha dado cuenta de las realidades de un ministerio que, como todos lastimosamente, está estructurado para favorecer los negocios que no cumplen con la ley, haciendo que todo lo importante quede relegado, lo legal difícil de ejecutar y entre ello, la dignificación, tecnificación y profesionalización de los cuadros de la Policía Nacional Civil (PNC).
Entrar en los dos últimos años de un Gobierno que está operando para tener la tranquilidad del pasado y así gozar lo que han acumulado a lo largo de los meses, ya sea en alfombras u otras maneras, es una tarea complicada para cualquier funcionario.
El ministro Napoleón Barrientos ofreció un discurso a los primeros días en el cargo y asumió un compromiso que ahora le ofrece una oportunidad de oro con el negocio del control teletemático. Además del tema de la junta de licitación, se suma el factor precio de una entidad que tiene larga data y experiencia y que las autoridades deben explicar por qué se eligió a la otra. Quizá haber pactado una mordida no es excusa válida.
El miedo que ha infundido Alejandro Giammattei en la mayoría de sus ministros es palpable y salvo contadas excepciones que son capaces de sostener sus puntos de vista con argumentos (a pesar de los gritos) y por eso el reto es mayor para los nuevos porque deben decidir qué línea van a seguir.
La barra en Gobernación estaba muy baja, como ha estado a lo largo de los últimos años con Enrique Degenhart y Gendri Reyes porque entendieron que para vivir en paz, necesitaban una policía que pudiera controlar y un ministerio que se ajustara a sus necesidades de manera milimétrica.
Botar esta nueva adjudicación y hacer una nueva con plenas garantías de transparencia, incluso pidiendo acompañamiento de actores que le puedan dar más visibilidad al proceso en aras de lograr más transparencia, es una oportunidad de oro para el nuevo Ministro y para darle sustento a su discurso hace unos días.
El control teletemático, bien manejado, sin manipulación y sin ser un nuevo foco de corrupción, es clave para el Sistema Penitenciario del país y para intentar recobrar el control de la reinserción social que se busca con el funcionamiento de la justicia.
Son tantas las cosas que necesita Guatemala y que no se hacen porque se privilegia el negocio. El año pasado se recaudó más y eso es bueno para poder lograr los planes (si los hubieran) para transformar el país invirtiendo a la gente, pero lo malo es que hoy más dinero se traduce en que a Giammattei y a su Centro de Gobierno tendrán más pisto para sus intenciones y para permitir las de sus allegados.
Por eso andan metiendo las manos en todo y por eso es clave que el ministro Barrientos aproveche esta oportunidad para ratificar sus palabras.
Sin duda, botar un negocio heredado y ya apalabrado no es fácil, pero será necesario si hay funcionarios que desean dar un rayo de esperanza desde el sector público.
Oportunidades como estas no se repiten dos veces en la vida pública de un funcionario.