Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El país atraviesa momentos cruciales. Consuelo Porras ha removido fiscales (LÉASE EL PLURAL) con el afán de que los posibles actos de corrupción que pesan sobre los que ella considera sus “aliados”, queden en la impunidad.

Esa “protección” ha llevado, por ejemplo, que los guatemaltecos no podamos trazar la ruta del 100% de los préstamos que se dieron en la pandemia, que sepamos cómo José Luis Benito negociaba su permanencia en Comunicaciones, la manera en la que los rusos buscan asegurar el negocio del puerto o la forma en la que Gustavo Alejos apoyó a Alejandro Giammattei en aspectos clave. No digamos el por qué NO TENEMOS suficientes vacunas pagadas en el país.

Los casos anteriores eran llevados en la FECI, pero también hay casos en la Fiscalía Contra la Corrupción que también fue desbaratada porque seguían la pista, entre otras cosas, de cómo un cercano a Porras, Ángel Pineda, le filtraba información a sindicados o sus cercanos para que ello les permitiera evadir la justicia, siendo varios los casos, entre ellos uno que muestra cómo la esposa de Felipe Alejos incide en Porras para tener Consuelo.

Quien no se haya dado cuenta que hay un hartazgo colectivo tiene serios problemas de entendimiento y la carta entregada ayer por las autoridades indígenas en la que piden la renuncia de Porras y Alejandro Giammattei, es un serio aviso de lo que puede estar por venir.

Yo creo que las cosas se deben ir resolviendo por partes. Lo primero es la necesidad que en el Ministerio Público (MP) se inicie ya una transición y debe ser porque Porras renuncie. Hay plenas causas para iniciar un proceso que provoque su remoción, pero el sistema se sigue defendiendo y jamás permitirán, por ahora, un proceso contra lo que les da Consuelo.

¿Pero cómo va a renunciar si se siente más agarrada que mano de trapecista? Es cierto, no obstante, hay un factor clave que ella repite a diestra y siniestra: LAS CÁMARAS EMPRESARIALES Y QUIENES LAS DIRIGEN ME APOYAN y mientras yo mantenga ese apoyo, la renuncia simplemente no es una opción.

Es decir, ella sabe que tiene los espacios cada vez más cerrados, ella sabe que su situación con Estados Unidos es irreversible, ella sabe que puede provocar una enorme crisis de gobernabilidad porque ha sido una muy burda aliada en favor de mantener en impunidad a muchos.

Hay quienes han dicho que necesitan pruebas, pero es un juego bien calculado porque saben que lo que hizo Consuelo fue asegurar que las pruebas existentes no siguieran “dando resultados” y se siguieran recabando más pruebas en función de los indicios iniciales que son sólidos.

La sola renuncia de Porras no compone el país ni debe ser el punto final de la crisis, pero sí debe ser el punto de partida que nos permita sentar las bases para un acuerdo integral en el que diversos sectores, principalmente indígenas y ladinos, nos podamos poner de acuerdo y así empezar a atender las causas estructurales que de permanecer irresueltas, abren las puertas a los extremos radicales.

Y siendo sinceros, si Consuelo Porras renuncia Giammattei tiene que elegir entre Brenda Dery Muñoz, el juez Miguel Ángel Gálvez, Patricia Gámez, Gladys Verónica Ponce y Edgar Estuardo Melchor, así que hay buenos candidatos si de verdad se quiere enderezar el rumbo y transicionar bien para la elección del año entrante.

La excusa de que ya le quedan “pocos meses a Consuelo, es mejor dejarla”, es peligrosa. Porras sigue sentando las bases para que el MP pueda funcionar a perfección como un arma de represión, como es en Venezuela y Nicaragua, de quienes no se alineen al régimen. ¿Imagina usted caer en la lista negra de Miguel Martínez o el Presidente y que eso sea el factor determinante de la persecución penal?

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