Por la Fundación Contra el Terrorismo nos enteramos la hoja de ruta que tiene la Fiscal General para castigar a Juan Francisco Sandoval por haber “cometido el abuso” de llevarse copia de la documentación que doña Consuelo quería destruir a toda costa para proteger a Alejandro Giammattei. El ex Fiscal de la FECI ha sido acusado por Méndez Ruiz penalmente por haberse llevado tales copias, que para ellos son inútiles y debieron ser destruidas, entregando la información a “un gobierno extranjero”, que suponemos es el de Estados Unidos.
En otras palabras, según ellos Juan Francisco Sandoval debería sentirse avergonzado de haberse llevado las copias que comprometen al Presidente con el tema de la alfombra llena de pisto que le entregaron los rusos, con el dinero de las maletas de Benito que engrosó el financiamiento de su campaña electoral y de los tratos con Gustavo Alejos para armar la corrupta alianza oficialista que no sólo tendría la directiva del Congreso, sino elegiría a las Cortes amañadas en los pactos para garantizar impunidad. Según la tesis de quienes le acusan, él tenía la obligación legal, moral y ética, de reunir todas esas pruebas y entregárselas, sin que quedara ninguna copia, a la impoluta Fiscal General para que una a una las fuera destruyendo hasta no dejar el menor rastro de esas delictivas andanzas.
No olvidemos que cuando se empezó a investigar la conspiración para acelerar el cambio de Presidente del Seguro Social y las pruebas apuntaban a la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de la hoy flamante magistrada de la Corte de Constitucionalidad y supuesta doctora (una más en la larga lista) Leyla Lemus, la Fiscal Porras se encargó de sepultar la investigación y regañó a Sandoval porque la gente de la FECI no era amable y cordial con la Presidencia de la República.
Además, según el razonamiento de la Fundación relacionada con el terrorismo, Sandoval se tuvo que dar cuenta del interés enorme que tenía Consuelo Porras en esos casos porque no por pasar el tiempo se fue a meter varios días a las instalaciones de la FECI a escarbar, literalmente, para encontrar los avances en las investigaciones que se realizaban relacionadas con acciones del Presidente.
Por cierto que la FECI no inició ninguna investigación contra Giammattei violando el “sagrado e irrenunciable” derecho de antejuicio, porque en los tres casos los indicios resultaron sin que ellos los buscaran. Alguien que estuvo en la comitiva rusa relató con detalle lo de la alfombra y la relación que ésta tenía con el Puerto. Tras descubrir las maletas de Benito se inició una investigación en la que, ¡oh sorpresa!, sale la noticia de cómo, siendo candidato Giammattei, hasta usaron patrullas de la PNC para resguardar el envío de los millones que le entregó quien era Ministro de Comunicaciones de Jimmy Morales. Y, por último, acorralado y dispuesto a no irse sólo, Gustavo Alejos ofreció su colaboración eficaz y relató las marufias que él y Giammattei hicieron para comprar los votos necesarios para controlar el Congreso y asegurarse la mayoría que iba a facilitar, según ellos, la elección de magistrados seleccionados por el mismo Alejos.
Esas pruebas estaban en el MP luego de que se fue Sandoval y sabe Dios que pasó con ellas. Pero unas copias de respaldo a veces no caen mal.