Mario Alberto Carrera

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Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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Mario Alberto Carrera

LA ABOGADA DE Juan Francisco Sandoval informa que no se le permite o que se le obstaculiza la defensa de Juan Francisco Sandoval quien legalmente pide ser restituido en el cargo que ocupó en la FECI.

Alegan, los del MP., diversas excusas dislocadas y a la defensora le interponen el paso a los documentos indispensables para montar el caso, acceso documental que debiera ser absolutamente expedito como manda la normativa.

Todo lo que rodea el affaire Sandoval-FECI ha producido reacciones negativas de parte de las mayorías conscientes. Pero más y más grande indignación crea -en los admiradores de Sandoval- el hecho de que a su abogada se le intercepte la vía a la defensoría de Sandoval.

Esta indignación se convierte -como la que otrora produjeron Thelma Aldana e Iván Velásquez, por razones similares- en paradigma popular, para continuar en la lucha por tumbar al Pacto de Corruptos devorador insaciable.

PÚBLICA Y REPUBLICA ha sido la reunión -que de tan secreta se ha vuelto, al contrario, la habladuría de todos- entre Porras y Giammattei en casa presidencial o en la zona 14, a la que Porras acudió en elegante coche enviado exprofeso por su archimillonario mesonero. Hasta eso se sabe. Cómo no se ha de saber el resto. Porque también se sabe que para acallar el cotarro y la agitación que ha levantado el alevoso despido de Juan Francisco Sandoval, cuyas repercusiones aún escuchamos y lo seguiremos haciendo por mucho tiempo, Porras y Giammattei -asesorados por varios facinerosos de pacotilla- han dispuesto poner bajo el ojo de la persecución penal a pícaros que ya habían sido mencionados como imputados (a medias y sin que sus causas progresaran) y que no son ni chicha ni limonada en el campo del pillaje burocrático o al menos carecen de “grupito” defensor en la oligarpilla.

Entre la panda de los que serán perseguidos y punidos se encuentra en primer término Ottito, hijo del comandante Tito Arias, kaibil magistral de grata recordación en las líneas contrainsurgentes de la guerra-guarra civil y genocida. Pero, al elenco de divos del arroyo, sumaron -Giammattei y Porras- a Edwin Escobar y Neto Bran y no se sabe, desgraciadamente, si un largo etcétera para echar histriónicos telones entre el escándalo-Sandoval y la captura de estos imputados.

En este caso, telones teatrales o no, si agarran a unos en vez de a otros, la ciudadanía cansada del Pacto de Corruptos saldrá beneficiada. Pero también es cierto que en las vueltas de gato de Giammattei y Porras ya nadie cree pues son malhechores del mismo hato del Pacto de Corruptos.

EN EL AFFAIRE de los “rusos de Suiza” y sus maletas a reventar, en casa presidencial, supuestamente llenas de dólares para el consorcio Giammattei-Martínez, faltó mencionar a la dependencia gubernamental clave para dictaminar sobre estos temas: OCRET, que no carga buena fama sino al contrario: por años de años ha sido nido de las más diversas maniobras para favorecer la corrupción. Sin embargo, para eso fue creada.

Los ciudadanos conscientes sabemos que el Estado es el propietario de las riberas de ríos, lagos y mares y que esta propiedad estatal (como si fuera en el capita-comunismo de China) sólo puede ser arrendada y nunca vendida. Por esto es que la “venta” de medio Puerto Quetzal a “los Españoles-Maersck”, fue el escándalo de los escándalos que ha llevado a la cárcel a distinguidos miembros de la “aristocracia” hispánica.

En el caso actual los ruso-suizos se acercan con pies de absoluto plomo pues conocen sin duda los antecedentes españoles. Pero no cejan, son audaces y solo piden arrendar una parte de la Portuaria Santo Tomás lo cual de entrada es imposible. La Portuaria trabaja en terrenos del Estado pero no es propietaria y dueña de los mismos. Sólo el Estado podría arrendar a los rusos.

Lo del níquel tiene antecedentes sórdidos. Más de un guatemalteco murió combatiendo para que no se le concediera la entrada a EXMIBAL. Eso fue hace muchos años cuando las cosas pintaban de otra manera: muy oscuras y difíciles para la insurgencia.

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