Marco Trejo
A diferencia de otras ediciones de la Cumbre de las Américas, esta novena reunión ha dejado como resultado, que los líderes del hemisferio, pongan especial atención en aspectos que no habían sido tomados, en años anteriores, como relevantes y se han logrado firmar acuerdos importantes para la región centroamericana en temas de empleo, inversión y reactivación económica.
Uno de los puntos que han cobrado relevancia, es la denominada Ley Harris, en la cual la vicepresidenta de los Estados Unidos, Hamala Harris ha anunciado acuerdos de inversión para Guatemala, El Salvador y Honduras que sobrepasan los US$1 mil 900 millones, los cuales podrán ser invertidos en sistemas sanitarios, económicos, educativos y sociales; la crisis climática; y la falta de acceso equitativo a oportunidades económicas, sociales y políticas.
Los compromisos adquiridos por los empresarios van encaminados, a invertir en los próximos cinco años, en la generación de nuevas oportunidades, para personas que se encuentran en situación vulnerable, que les permita mejorar la gobernabilidad democrática, la salud, la resiliencia al cambio climático y sostenibilidad ambiental; la transición a la energía limpia y la transformación digital.
Lo que se pretende, en esta oportunidad, es revitalizar los entes económicos regionales y movilizar inversiones, realizar inversiones para “actualizar” el contrato social entre los gobiernos y sus ciudadanos, crear una cadena de suministro resiliente (adaptación a la adversidad), la descarbonización, la biodiversidad y el uso de energías limpias, pero sobre todo el comercio sostenible e inclusivo.
Todo esto se lee y escucha bonito, pero el reto es que se cumpla, para que nuestras sociedades centroamericanas puedan tener una oportunidad para salir adelante, que las nuevas generaciones encuentren un mundo diferente y no estén pensando en irse de su tierra, tal como sucede en este momento porque no ven un futuro alentador.
En estos cuatro días los líderes regionales han logrado plantear temas de interés del hemisferio como la inclusión social, la recuperación económica, el cambio climático, la democracia y la transformación digital», bajo el lema: «Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”. Aunque el tema de la discordia, fue la exclusión de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, por el tema del no respeto de los Derechos Humanos.
Pero lo importante es que no nos debemos olvidar del combate de la corrupción, ese cáncer que afecta a todos nuestros países, pero especialmente a Guatemala que no encuentra el camino para erradicar, este flagelo, que evita el desarrollo de nuestra nación. Los “politiqueros” se encargan de que los impuestos no lleguen a donde corresponde y únicamente se dedican a embolsarse los impuestos que los convierte, cada cuatro años, en los nuevos ricos de este país.
En el extranjero nos ven como los “transas”, una sociedad donde no se ve nada más que los “negocios turbios”, lo cual no permite el desarrollo social, sino que solamente provoca el enriquecimiento ilícito de unos pocos que ven como un “botín” llegar a ocupar puestos en el Estado.
Por eso es que es muy importante que todos los guatemaltecos nos involucremos y sobre todo que no nos dejemos engañar, por un grupo de “oportunistas”, que nos ofrecen el cielo y la tierra, con tal de que les demos, con nuestro voto, la asunción al poder.
Es importante que, ahora que se acercan las elecciones generales, podamos decirles a estos “politiqueros marrulleros”, que ya basta de seguir “mamando de la teta del Estado” y que las nuevas generaciones merecen un mejor futuro, una oportunidad de desarrollarse y demostrar que con trabajo y oportunidades podemos salir adelante.
Uno de los mensajes que me ha gustado mucho durante la IX Cumbre de las Américas, es el que ha reiterado el mandatario estadounidense: “No hay razón para que el hemisferio occidental no sea seguro, próspero y democrático”.