Marco Trejo
Un desgaste mediático innecesario ha sufrido estos 17 meses el gobierno de Alejandro Giammattei, el cual no ha sido visto, ni por el mandatario, mucho menos por sus asesores, incluso se ha ganado el rechazo de la comunidad internacional, que lo ve como el segundo presidente, peor prospectado en Latinoamérica, según una encuesta realizada por la empresa CID-Gallup en mayo de 2021.
Esta mala imagen no solamente le afecta al Presidente de la República, le afecta a toda una nación que necesita tener un gobierno mejor prospectado, un gobierno que ofrezca una mejor perspectiva de vida, aplicándole una vacuna que puede evitar que muera de una “GRIPONA”, pero que al final de cuentas si ha matado a más de 9 mil personas que se han infectado de Covid-19.
El famoso contrato por la compra de las vacunas rusas Sputnik V le ha creado, tantos anticuerpos, a don Alejandro Giammattei, que un 90 por ciento de la población, no cree nada de lo que dice el mandatario, quien ha perdido casi totalmente la credibilidad que tuvo al inicio de su mandato. Sólo un “milagro” le puede salvar como gato panza arriba, para no ser catalogado como un político hijo de p… tal como él no quería ser visto y lo anunciaba a los cuatro vientos durante la campaña electoral.
No tengo la menor idea del porqué esperaron tanto para dar información fidedigna sobre la compra de las vacunas, para que al final de cuentas se diera a conocer el famoso documento, pero mientras tanto crecieron los rumores y las famosas frases: ¿Dónde está el dinero?, ¿Dónde están las vacunas?, las cuales se han convertido en las palabras preferidas de la población, que pone en entredicho la reputación de este gobierno, pero especialmente la del desgastado gobernante.
El Gobierno se hubiera ahorrado tanta crítica hacia su gestión, tantos insultos y sobre todo tanto desgaste público, que lo deja desarmado, ante una oposición, que utilizará esta “cantaleta” para minarlo en lo que resta de gobierno, no pararán estas críticas para su administración, la cual tuvo la oportunidad de mejorar la calidad de vida de una sociedad que necesita sobrellevar problemas de salud, desnutrición crónica, falta de empleo, alfabetismo, entre otros males, pero que ni por asomo se ve que vayan a tener, en dos años y medio, una solución.
Pero lo que nadie menciona, ni siquiera la sociedad civil, es que lo que más necesitamos, en este momento, es cambiar las reglas del juego de cara a las próximas Elecciones Generales, para cambiar varias leyes como: Ley de Compras y Contrataciones del Estado, Ley de Partidos Políticos y la Ley de Servicio Civil, entre otras. Estos cambios nos permitiría tener, un mejor Estado para gobernar, y no como está en este momento que, cada cuatro años, lo único que surgen son los nuevos ricos, porque no tenemos tecnócratas para gobernar.
Y si a todo esto le sumamos que existe una división social, que ve micos aparejados bajo la perspectiva de la izquierda o la derecha o una la lucha de politiqueros, que solo persiguen intereses personales y no colectivos, estamos en la calle de la amargura, porque nada cambia y los índices de desarrollo social siguen siendo nefastos, por la falta de inversión estatal, que solamente ve la forma de sustraer dinero para los bolsillos de los funcionarios públicos, familias y amigos, sin ponerse a pensar que están dejando, un país sin oportunidades, cuyos habitantes únicamente ven en la inmigración ilegal, como la única solución de sus problemas, porque en este país no existe la posibilidad de tener una vida digna.
Esto es lo que se debe cambiar, se deben combatir los flagelos sociales y atender las necesidades de los guatemaltecos, muchas familias no tienen ni para comer y otras tienen que migrar a la ciudad, para encontrar el sustento diario para sus familias, provocando en la urbe otro tipo de problemas como el hacinamiento, congestionamiento vehicular y delincuencia común.
En Guatemala los Ministros de Estado valoran lo que no tiene valor, incluso hay unos que prefieren invertir los impuestos, en la celebración de los 200 Años de Independencia, cuando las necesidades sociales son otras, dinero que podría ser aportado para apoyar, una reactivación económica que tanto necesitamos, porque cada día podemos ver como más personas se apostan en los semáforos a pedir dinero y lo peor de todo es ver decenas de niños haciendo lo mismo.
El Gobierno tiene la obligación de priorizar los recursos con los que cuenta y no podemos seguir viendo la arrogancia de los gobernantes, quienes se han cegado por la adulación de sus colaboradores y amigos que les dicen y les hacen creer que todo está bien, porque lo que únicamente les interesa, es mantener un sistema fallido donde, en un país de ciegos, el tuerto es el rey.