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Como parte de mi compromiso personal y profesional con el tema hídrico y con
Guatemala, participé el pasado 13 de agosto de 2025 en una de las mesas del sector
privado, convocadas por el Diálogo Nacional del Agua que impulsa la elaboración de
una iniciativa de Ley del Agua en Guatemala. En esa ocasión entregué un aporte verbal
y firmé en el registro de las personas/entidades que han realizado propuestas concretas
para la modernización del marco legal.

Con alegría les comparto que, en complemento, hice llegar también un aporte escrito
para el proceso, y en esta columna es una síntesis de ello. Me gustaría que ustedes
—público, técnicos y autoridades políticas que me leen— lo reciban como una lluvia:
una lluvia de ideas, técnicamente basadas en experiencia y formación. Y por eso quiero
acompañar estas líneas con una melodía: Cuando cae la lluvia, de los Internacionales
Conejos (https://music.youtube.com/search?q=cuando+cae+la+lluvia+marimba).
En los encuentros regionales del agua, han participado más de dos mil representantes
de distintos sectores de la sociedad. Ha sido para mí de gran agrado encontrar que la
identificación de los grandes retos del agua en Guatemala, obtenida a partir de estos
diálogos liderados por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, coincide en gran
medida con lo que publiqué en 2023 en la columna El agua en el plan de gobierno de la
UNE y de Movimiento Semilla (https://lahora.gt/opinion/marco-morales/2023/07/31/el-
agua-en-el-plan-de-gobierno-de-la-une-y-de-movimiento-semilla/), donde resumí los
retos del agua en 13 grandes elementos.
Agua, no recursos hídricos

Uno de los puntos centrales de mi aporte es conceptual: propongo que la Ley hable de
agua, no de ‘recursos hídricos’. El término ‘recursos hídricos’ limita el análisis a la oferta y demanda; en cambio, el término “agua” es más inclusivo, porque incorpora también la gestión de inundaciones, la protección de ecosistemas y la respuesta de las cuencas a eventos extremos. La Constitución de Guatemala y la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho Humano al Agua lo expresan así: agua como bien público y derecho humano.

Escalas y gobernanza

Otro tema clave es la escala. La de cuenca hidrográfica y la de los sistemas de recursos
hidráulicos deben ser las unidades de análisis y planificación, pero no necesariamente
de institucionalidad pública. Crear estructuras burocráticas para cada cuenca solo
reproduciría ineficiencia. Propongo empezar por una organización a nivel de las tres
grandes vertientes hidrográficas: Pacífico, Caribe y Golfo de México. Eso permitiría
priorizar cuencas críticas y abordar megaproyectos regionales con impacto real.
En complemento, la Ley deberá gestionar explícitamente su coexistencia con las
escalas espaciales en las que funciona el Estado: división político-administrativa
(departamentos y municipios), gobierno central y sus regionales.

Una institucionalidad futura

La Ley debería caminar en dos brazos legislativos complementarios:
– Una Autoridad Nacional del Agua (Superintendencia o Consejo) con rol regulador,
normativo y financiero. Esta instancia debe ser acompañada y guiada técnica y
científicamente por un Instituto Técnico Nacional del Agua, autónomo, con capacidad
científica y profesional para planificar, modelar y ejecutar grandes obras hidráulicas;
este instituto con expertos en hidrología, ingeniería hidráulica, economía del agua,
derecho y tecnología digital, capaz de sustentar el futuro hídrico del país.
– Como segundo brazo legislativo, propongo aprender de modelos regionales como el
Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), adaptando una figura
moderna para Guatemala: un organismo nacional dedicado estrictamente al derecho
humano al agua y al control efectivo del tratamiento de aguas residuales. Esta entidad
debe operar desligada de las trampas burocráticas y procedimentales del presupuesto
ordinario, con gobernanza técnica, reglas de transparencia robustas, y contratación por
resultados que permita ejecutar obras y servicios con oportunidad y calidad. Emergencia hídrica y ejecución ágil con transparencia

Dada la anarquía imperante en cantidad y calidad de agua, la Ley puede habilitar —de
forma extraordinaria y temporal— una declaratoria de emergencia hídrica nacional que
acelere la inversión con controles ex-ante y auditoría concurrente. Esta figura permitiría
ejecutar fondos públicos con mayor agilidad y transparencia, evitando las trampas del
presupuesto nacional y los vicios de corrupción que han caracterizado a la
institucionalidad pública durante décadas.

Base documental y referencias

Mi aporte escrito no surge de la nada. Está respaldado por más de dos décadas de
trabajo técnico y de recopilación documental en torno al agua en Guatemala. En
particular, destaco la “Línea Base del Conocimiento del Agua de Guatemala”, que
sistematizamos en 2012 (con el Programa Conjunto Gobernanza del Agua) y que
entregamos en memoria USB a más de 800 participantes durante el Primer Congreso
Nacional del Agua (2013).

A lo largo de los años, se han sumado nuevas publicaciones, investigaciones y
columnas de opinión (incluidas las que escribo aquí en La Hora desde el año 2021
(https://lahora.gt/author/marco-morales/) que abordan desde la gobernanza
comunitaria hasta la planificación de megaproyectos hidráulicos. Estos materiales
conforman una biblioteca hídrica digital, acumulada con la experiencia nacional e
internacional en más de 25 años de trabajo.

Próximamente entregaré al MARN esta base documental como complemento al aporte
escrito presentado en el proceso del Diálogo Nacional del Agua. Se trata de más de 500
documentos digitales —informes técnicos, diagnósticos institucionales, estudios hidrológicos y propuestas de política pública— que siguen siendo un referente esencial
para entender los retos y oportunidades del país en esta materia.

Será un momento significativo que espero documentar en fotografías y compartir en mis
redes sociales, para abrir esta memoria técnica a un público más amplio y visibilizar la
importancia de sistematizar el conocimiento sobre el agua en Guatemala.
Guatemala necesita un nuevo pacto social alrededor del agua. Que la política no
contamine lo que debe ser un bien común. Que la institucionalidad sea eficiente,
autofinanciada, estratégica. Que se invierta en megaproyectos regionales y en
soluciones basadas en la naturaleza. Y que se construya, paso a paso, una gobernanza
que integre la gestión comunitaria local con la visión nacional y regional.
El agua no espera. Como la lluvia que cae y corre por nuestras calles y barrancos,
debemos canalizarla hacia la vida, no hacia la pérdida.

PS: en el Congreso de Guatemala actual no confío, y no deseo que sean ellos los que
despedacen una iniciativa de ley correctamente planteada. Pero eso ya es tema de otra columna de opinión.

Marco Morales

Marco Morales (Dr. Water), Director de Water Co. www.water-co.com Ph.D. en ingeniería hidráulica y medio ambiente, MSc. Gestión y Planificación del Agua (UPV, España), especialista en Water Quality Monitoring (JICA, Japón), Gestión económica de recursos naturales y ambiente (UAH, España), Ing. Agr (USAC, Guatemala) Correo: marcomorales@water-co.com | Whatssapp: +502 33258714

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