En 2020 y 2021, estudié la gobernanza del agua en microcuencas del denominado “Corredor Seco” de Guatemala (Morales-de la Cruz, 2021), visitando diversas comunidades de Jalapa y Chiquimula que poseen elevados índices de desnutrición infantil y problemas muy evidentes de escasez de agua en cantidad y en calidad.
No sé si usted ha presenciado las condiciones de vida de las personas en esos territorios; basta que imagine cómo es vivir sin agua en el hogar para hacerse una idea del drama humano que se vive allí. Pero vea, además de eso, carecen de agua para producir sus alimentos; lo que tienen es la lluvia de la zona más árida de Centroamérica ¿Podría usted vivir así y por qué su respuesta a esta pregunta es “NO”?
Hace unos días, salió a luz pública un mayúsculo escándalo en la Empresa Municipal de Agua de la Capital (EMPAGUA), gracias a la fiscalización ejercida por algunos diputados del Congreso y reportajes periodísticos sobre el caso de El Periódico y La Hora.
Nadie en EMPAGUA ni en la Municipalidad de Guatemala ha respondido por qué un contrato de Q5.4 millones/año se adjudicó sin licitación pública, a UNA persona. Sí, señoras y señores, el “Fontanero más caro del mundo” a razón de Q450,000 mensuales (58 mil USD/mes), quien además, es primo del gerente de EMETRA (García, LH 16/11/21; Montepeque, EP 12/11/21), entidad municipal capitalina señalada de múltiples excesos en cobros asociados a la colocación de cepos para vehículos.
Los servicios técnicos de verificación de dicho asesor consisten en “supervisar fugas de agua potable y aguas servidas y cloración de agua”. De 2018 a la fecha, el presupuesto público municipal destinó para él, más de Q16 millones (2.1 millones USD).
Para que tenga otra perspectiva, regresemos al Corredor Seco; en las comunidades Uriles Pinalón (San Pedro Pinula) y La Montaña (San Luis Jilotepeque), Jalapa, al fontanero se le paga Q8/día; sí, ¡30 USD/mes por el servicio de plomería en un sistema de abastecimiento hídrico rural!
Es verdad, el primer caso es la Capital y el segundo en comunidades rurales; pero el factor común es la falta de agua para los vecinos (que hablen de ello las más de 25 mil personas afectadas de las colonias Nimajuyú y Santa Faz y otros vecinos de las zonas 6, 18, 21 y 25).
Las ciudades con mejor gestión hídrica del mundo tienen fuerte institucionalidad y recursos; subcontratan servicios especializados mediante concursos públicos. Doy fe y cito algunos casos que he conocido y estudiado: Bogotá, Madrid, Singapur, Viena, Tokio, Osaka y Santiago de Chile.
Según Samper y Rodríguez (2008) los ingresos tarifarios de EMPAGUA no alcanzan para cubrir gastos de operación; estimaron un déficit promedio anual de Q35.5 millones (4.6 millones USD) que representaba el 7% de los ingresos anuales de la empresa. Si esta tendencia se ha mantenido o agravado con el tiempo, uno debería preguntarse: ¿de dónde ha salido el dinero para pagar esos Q450 mil mensuales a una persona?
Fue hasta que se destapó este escándalo y trascendió a la opinión pública, que se tomaron cartas en el asunto; el asesor aclaró que trabaja con equipo de personas y que atienden emergencias. EMPAGUA dijo: “tomando en cuenta que el resultado del proceso competitivo no fue satisfactorio, Empagua considerará asumir por administración los servicios en cuestión” (García, LH 16/11/21).
