Marco Morales
Hoy recordamos a Juan El Bautista, quien más allá de lo espiritual, se caracterizó por hablar con la verdad y sin miedo. Tras las inundaciones de la Metrópoli de Guatemala, la gente que ya conoce la verdad no se ha callado; su indignación ante el caos urbano es muy grande.
Aún hay un sector irreflexivo que calla su consciencia, tragando sin análisis la pauta publicitaria y el mensaje simple y plano del statu quo. Para ellos, la basura y la gente son la causa principal de las inundaciones; no les extraña el colapso del Periférico, la Calzada San Juan, el bulevar Vista Hermosa, el Campo Marte o la Aguilar Batres, ante cualquier lluvia.
La falta de pensamiento crítico y el acomodo al subdesarrollo también nos inundan.
Dicho sector se quedó sin argumentos, cuando la inundación sucedió en donde se ha invertido mucho dinero público y privado en ornato y limpieza: Bulevar Austríaco, Avenida Las Américas y Avenida Reforma. Se dijo que lo de Cayalá fue vandalismo de tragantes con piedras y fundiciones de cemento, ¿quién en su sano juicio puede creer esto?
La verdad de las inundaciones es esta: tiene múltiples causas y se debe actuar en muchos niveles. La respuesta de nivel gubernamental debe ser contundente y coordinada para combatir deforestaciones e impermeabilización de suelos urbanos, brindar mantenimiento a drenajes antiguos, realizar estudios hidrológicos e hidráulicos, construir sistemas hidráulicos modernos para adaptarse al cambio climático. Se requiere una enorme inversión y recurso humano capacitado.
Pero los políticos vividores, han puesto de primero su propio interés sobre el bien común, evitando una decisión política que puede poner en riesgo su statu quo: obtener los recursos a partir de más impuestos a las mayores fortunas, evitando gastos superfluos en ornato y dietas y/o subiendo las tarifas de agua y alcantarillado (círculo vicioso difícil de romper por el mal servicio que recibimos los vecinos).
CONRED publicó hace un par de días que de mayo a la fecha han sido “187 incidentes asociados a las lluvias, que han afectado a 420,808 personas”. Es decir, todo este caos ya lo estamos pagando usted, yo y todos los habitantes de las ciudades afectadas.
¿Cuánto vale su tiempo perdido y la histeria colectiva de las personas al momento de las inundaciones? ¿Cuánto pierde el comercio? ¿Cuál es el impacto de las inundaciones y deslaves sobre el 40% del PIB nacional concentrado en la Metrópoli? ¿Cuánto cuesta el daño de una vida, un herido o una propiedad perdida? ¿Cuánto cuesta el tratamiento por enfermedades transmitidas por aguas contaminadas que llegan a la red de suministro?
Herodes Antipas, por su parte, mandó a decapitar a Juan, prefirió seguir viviendo de lujo, de espaldas al pueblo, rodeado de esas hienas que le carcajeaban sus excesos y le escondían la verdad.
Alcalde Quiñonez, Alcalde Bran, Presidente Giammattei, ¿es usted un nuevo Herodes Antipas frente a las inundaciones?
Hoy tiene cada uno de ustedes la oportunidad de escuchar la verdad sobre el fenómeno, sus causas y soluciones. Debe actuar, alejando de su lado a los vividores del caos. Sea el líder que merece nuestro país.
En caso contrario, ¿cómo piensa adormecer la consciencia, los miedos y frustraciones de una población atrapada en las calles bajo el agua?
(Marco Morales, El Doctor del Agua. Guatemala, 24/06/2021).