Marco Morales

Marco Morales, Director de Water Co. www.water-co.com Ph.D. en ingeniería hidráulica y medio ambiente, MSc. Gestión y Planificación del Agua (UPV, España), especialista en Water Quality Monitoring (JICA, Japón), Gestión económica de recursos naturales y ambiente (UAH, España), Ing. Agr (USAC, Guatemala) Correo: marcomorales@water-co.com | Whatssapp: +502 33258714

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Marco Morales
marcomorales@water-co.com

Durante muchos años me ha sorprendido cómo el tema Agua está en la mente y el corazón de muchos, como “prioridad”, pero al mismo tiempo invisibilizado, sin inversión directa y detrás de otras agendas (cambio climático, territorio, seguridad alimentaria, ambiente, salud).

Es verdad que el agua es un medio y no un fin, pero su abordaje serio requiere hacerla evidente y notable. He desarrollado muchos estudios en donde el agua posee identidad propia; junto a nuestros clientes hemos aprendido sobre su relevancia para la producción, salud y sostenibilidad.

Mi recomendación es vincular lo hídrico, sus escalas de cuenca y sistemas hidráulicos a los temas de su interés. Para empezar, usted, su empresa, el país, debe conocer cómo el ciclo del agua, y especialmente, la lluvia, se vincula con lo más importante.

La lluvia es el factor fundamental de entrada del ciclo hidrológico en la fase terrestre de las cuencas y, por tanto, está vinculada de modo directo con la situación de los recursos hídricos y las inundaciones. Deben cumplirse 3 condiciones físicas para que suceda: la sobresaturación (las masas de aire se enfrían por la elevación); el cambio de fase de vapor a sólido o líquido (cuando hay condensación en micro partículas en suspensión); el crecimiento de las gotas de agua o cristales hasta un punto con suficiente velocidad de caída.

El fenómeno se debe a la ocurrencia de tormentas, sean estas orográficas (elevación debido a montañas), frontales (elevación y enfriamiento por contacto de masas de aire), convectivas (elevación y encuentro con masas de aire frío en la tropósfera; aquí se encuentran los ciclones tropicales o huracanes).

La temporada de tormentas y huracanes para Centroamérica (C.A.) es de junio a noviembre; 2020 fue especialmente duro para Guatemala debido a Eta e Iota; sus impactos aún son notables y la población clama por soluciones estructurales ausentes.

¿Sabía usted que en 2020, en C.A., hubo un total de 30 tormentas y huracanes?

Participé recientemente en el webinar “Temporada de huracanes 2021”, convocado por CRRH, SICA, el National Weather Service y la NOAA. El pronóstico de actividad ciclónica de los expertos indica que en 2021 C.A. presentará condiciones por encima del promedio, pues se predice la ocurrencia de 8 huracanes y 18 tormentas.

En Guatemala, es Insivumeh quien debe emitir las alertas oportunamente; Conred es responsable de los protocolos para atender emergencias originadas por fenómenos hidrometeorológicos extremos (ambas entidades tienen pendiente atender las sequías -ya hablaremos de esto en otra columna-).

Los registros históricos de la NOOA desde 1850, muestran que Guatemala se encuentra literalmente “en el ojo del huracán”, en el centro de la ruta de gran parte de estos fenómenos hidrometeorológicos extremos. La civilización maya conocía a fondo la relación de su sociedad con el agua y las tormentas, como se comprueba estudiando el Códice Tro-Cortesiano.

Usted que busca la sostenibilidad tiene que contar con planes integrales del agua, incluyendo sistemas de alerta y protocolos, en donde el agua y la lluvia ocupen un espacio visible, con datos e información. El conocimiento experto es la clave.

Que el miedo no le controle a usted, sino al revés. Hay esperanza para todo. Como me dijo Víctor Roblero en Twitter: “los más poderosos huracanes solo son muchas gotas de agua juntas”.

Unidos, podemos ser tan fuertes como las gotas de un huracán.

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