Luis Fernandez Molina

luisfer@ufm.edu

Estudios Arquitectura, Universidad de San Carlos. 1971 a 1973. Egresado Universidad Francisco Marroquín, como Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales (1979). Estudios de Maestría de Derecho Constitucional, Universidad Francisco Marroquín. Bufete Profesional Particular 1980 a la fecha. Magistrado Corte Suprema de Justicia 2004 a 2009, presidente de la Cámara de Amparos. Autor de Manual del Pequeño Contribuyente (1994), y Guía Legal del Empresario (2012) y, entre otros. Columnista del Diario La Hora, de 2001 a la fecha.

post author

Luis Fernández Molina

Vacunas caras. Algunas voces protestaban porque Israel había pagado las vacunas a casi el doble del precio entonces vigente (39 euros frente a 24 por las 2 dosis). Para su adquisición Netanyahu gestionó personalmente al punto de que él mismo llamó al presidente de Pfizer (Suiza) para asegurar el abastecimiento. La televisión francesa, en un excelente reporte (como casi todos ellos) que despertó ha dicho presidente a las tres de la mañana por la llamada del mismísimo Primer Ministro (no intermediarios). Nada lento don Benjamín sabía lo complejo de la producción y distribución de la vacuna; querían ser los primeros en inmunizarse, aunque pagaran más. Ahora bien, los conceptos de “caro” o “barato” son relativos y complejos. ¿Qué es caro? Entran aquí las mentes panorámicas, holísticas, que tienen una dimensión completa del bosque. No aquellas visiones simplistas que se detienen en un árbol. Veamos. Las vacunas sirvieron para pronta y efectiva vacunación y alcanzar un nivel cercano a la “inmunidad de rebaño” (animales humanos después de todo). Se levantan las restricciones y se retorna a una normalidad productiva (en espacios abiertos no es necesaria la mascarilla). Cada día “normalizado” (recuperado) promueve una producción que produce riqueza (en contraste con las quiebras, cierres, depresión y enormes pérdidas que producen las clausuras y restricciones). A los pocos días de nueva normalidad Israel habrá recuperado la inversión, el “alto costo” de las vacunas. La mayoría de la gente se vacunó, por eso es tan importante la congruencia y la confianza en las autoridades; dicha confianza, produce réditos en beneficio de toda la comunidad.

Urgen trabajadores en Guatemala. Tengo relación con dos empresas de programación digital de alta tecnología. ¡Sí! en Guatemala hay muy buenos “cerebros” de diferentes disciplinas y niveles y compiten a nivel de empresas estadounidenses, chilenas, francesas, danesas, chinas, indias, etc. Somos buenos realmente y ahí está la prueba. Pero directores de esas empresas están muy preocupados porque en Guatemala no encuentran ingenieros y los necesitan con urgencia para unos proyectos ya contratados y, algo importante, para comprometerse en nuevos emprendimientos. Son escasos a pesar de las leyes del mercado abierto: ofertas de mejores salarios y condiciones. Me estoy refiriendo a ingenieros en programación, DevOps, desarrolladores en la nube AWS, Azure, Móvil: Android, IOS, entre otros, a mentes despejadas que se lancen a diseños de tecnología de punta. ¿Por qué no hay más jóvenes en estos estudios? En todas las respuestas se descubre un eje transversal: que en los cursos escolares no les inculcan un verdadero apego a las matemáticas, álgebra, logaritmos, físicas, etc. En pocas palabras “les da miedo” las ciencias exactas. Desde secundaria se decantan por otras disciplinas “menos complicadas”. Además les recargan el pensum con materias poco prácticas; eduquemos a nuestros niños con las herramientas que les facilitarán una mejor vida y ya, en esas posiciones, podrán dedicarse a fomentar la cultura, idioma, etc., fomento que no podrán promover desde el sitio fijo de su mesa de maquila. Por cierto que nuestra legislación laboral, que data de 1947 deviene obsoleta para relaciones de 2021. Aunque, siempre he dicho, debe permitirse a estos niveles mayor margen de contratación (menos medidas restrictivas).

El padre Juan. Lo vimos “crecer” desde diácono y nos pareció raro, con la candidez de su cara de chavalo bueno, verlo convertido en Reverendo Padre Juan Gaytán, SJ. Por más de un año tuvimos una enriquecedora convivencia los días domingo. Nos va a hacer falta. Y no es que “la tierra lo llame”, es que los superiores “lo mandan” a su Nicaragua para fortalecer la mies como aquí lo hizo. Gracias por todo padre Juan.

Artículo anteriorORIGINALIDAD
Artículo siguienteNéster Vásquez, el nuevo Moto del Pacto Oficialista