De la misma manera en que en Guatemala no hay obra sin sobra, podemos decir que con el Congreso que tenemos nunca vamos a ver que pase una ley sin grey, entendiendo por tal el “conjunto de individuos que tienen algún carácter común”, según el DRAE, que en este caso es el interés por exprimir los fondos del Estado para beneficiarse con la corrupción. Y por eso es que avanza a marchas forzadas la iniciativa 6043 entre los diputados que saben cómo le pueden sacar raja personal al repartirse los 3,191 millones que se incrementarán al presupuesto del Micivi con los constructores que están debidamente apalabrados.
Para que una ley en el Congreso avance hace falta que la grey de los corruptos esté de acuerdo y se ponga a emitir los votos necesarios para promulgarla, lo cual pasa rápidamente cuando hay intereses económicos de por medio o cuando quieren quedar bien con Giammattei y su Centro de Gobierno, aunque a veces se equivoquen tan profundamente como lo hicieron con la Ley de la Vida y la Familia que terminó llevándose entre las patas a muchos que viven y actúan al margen de la nueva normativa que no sólo eliminaba derechos y garantías a las mujeres, sino que prohibía ciertos comportamientos que son comidilla pública pero que fueron declarados “inaceptables”.
Si algo ha sido fuente de ingresos para los diputados es el famoso Listado Geográfico de Obras al que ahora pretenden inyectar la bicoca de 3,191 millones más para la fiesta previa al evento electoral que ya empieza a calentar motores. El dinero será colocado aunque el Ministerio de Comunicaciones no tenga ni idea de cuáles serán los proyectos que van a financiar con esos recursos porque, al fin y al cabo, tienen que negociar con sus compadres del Congreso y con los contratistas para hacer el adecuado reparto del pastel mediante la construcción de nuevos mamarrachos que se derrumbarán al primer invierno porque no están hechos para durar sino para permitir el enriquecimiento capaz de llenar tanta o más maletas que las que le descubrieron a Benito.
La mayoría de diputados tiene asegurada su reelección porque el sistema actual se los garantiza siempre y cuando puedan figurar en las casillas importantes, esas que tienen precio y que se podrán pagar en la medida en que dispongan de recursos como los que ahora ellos mismos se asignan para garantizar otros 4 años de bonanza. Y confían, seguros, en que el pueblo sabrá comportarse tan dócil como siempre para que no les perturbe el sueño.