Mucho se ha publicado sobre la reunión en la que estuvieron Giammattei, la Fiscal General Consuelo Porras y la Presidenta del Organismo Judicial Silvia Patricia Valdés, en la que se planteó que la Presidencia tenía conocimiento de un caso que seguía la Fiscalía Especial Contra la Impunidad que podría afectar al gobernante, relacionado con un testimonio en el que se aportaron pruebas de la entrega de la ya célebre alfombra utilizada para envolver montones de dólares que fueron entregados en la residencia del gobernante, en lo que luego se supo que era una gratificación o un regalo proveniente de inversionistas rusos.
De esa reunión salió Consuelo Porras con la instrucción de detener cualquier investigación relacionada con el tema y fue cuando se fue a instalar a la FECI mientras se revisaba caso por caso y todos los expedientes. Todo eso fue publicado en su momento y la magistrada Silvia Patricia Valdés nunca desmintió la información que profusamente se difundió y que llegó a tener alcance internacional, al punto de que fue el prestigioso diario New York Times el que destapó el caso y la forma en que fue “manejado” por las autoridades guatemaltecas.
Ahora, cuando está presidiendo la Comisión de Postulación del Fiscal General y Jefe del Ministerio Público, Valdés envía una carta afirmando que ella se enteró de la destitución de Juan Francisco Sandoval cuando el MP emitió un comunicado, pero no dice nada de la reunión donde todo empezó, cuando Giammattei les comunicó que sabía que un testigo se había presentado en la FECI para dar detalles de cómo una comitiva de inversionistas rusos que había estado en Guatemala contrató un equipo de seguridad para que les dieran protección durante su estancia en el país y que por ello le había tocado a él (el denunciante), ser parte del grupo que llevó la alfombra. En esa reunión, en la que quedó claro que el gobernante no permitiría ninguna investigación que le afectara a él o a su círculo más íntimo, quedó claro que había que hacer “lo que fuera necesario” para atajar la que estuviera en marcha y de esa instrucción derivaron los cambios ordenados en la estructura de la Fiscalía y que terminaron con la destitución de Juan Francisco Sandoval.
Pero esa no es la única contribución de Valdés al proceso de institucionalización de la impunidad en el país y los beneficiarios del mismo tienen que estarle muy agradecidos. Y más lo estarán luego del proceso de postulación de aspirantes a Fiscal General porque, sin duda, será una baza clave para garantizar la continuidad del Consuelo de los corruptos.