La palabra mamarracho cae como anillo al dedo para las medidas adoptadas supuestamente para contener la creciente ola de contagios ante la variante Delta. Foto La Hora/Presidencia

El diccionario define mamarracho como “cosa muy mal hecha o ridícula”, descripción que cae como anillo al dedo para las medidas adoptadas supuestamente para contener la creciente ola de contagios ante la variante Delta que está ya en Guatemala. Un Estado de Calamidad con toque de queda que, como dice un colega, es para que no salga la Siguanaba, La Llorona, El Cadejo y el Sombrerón, a lo que se suman unas “disposiciones presidenciales” ridículas de cara a lo que estamos viviendo. Ni siquiera se suprimen las clases presenciales sino se deja a criterio de los eficientísimos ministerios de Salud y Educación.

Bien hizo el Vicepresidente en criticar la disposición oficial porque realmente es un mamarracho para que no digan que no se hace nada. Si eso fue lo que propuso la cartera de Salud ante lo que se está viviendo, vergüenza para ellos y vergüenza para un gabinete que no tuvo siquiera la intención de discutir la realidad del país que es verdaderamente crítica.

Circula un video en el que un emocionado y lloroso Giammattei dice que no puede permitir más muertes “porque me pasaría el resto de mi vida lamentando profundamente cada uno de los fallecidos que serían como consecuencia que yo hice algo equivocado”. Y sí, atenidos sólo a las deficientes cifras oficiales, tiene ya que pasarse la vida lamentando más de diez mil muertes que ojalá no se pueda jamás quitar de la cabeza porque no es que haya hecho algo equivocado. Es porque todo lo ha hecho equivocado.

Seguimos viviendo de la caridad de Estados Unidos con las vacunas porque los rusos no hay modo que manden la Sputnik V y está por verse el vínculo entre los rusos que quieren poner su terminal de contenedores en el Atlántico con los que vendieron las vacunas. Unas disposiciones que lo más importante que tienen es ordenar el uso de mascarilla, lavado de manos y distancia social da pena porque eso es lo que se ha pedido desde marzo del año pasado.

Cada pueblo tiene el gobierno que se merece reza el viejo dicho que, en las circunstancias actuales resulta lapidario para quienes conformamos el pueblo de Guatemala.

Redacción La Hora

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