Diecisiete meses de pandemia no fueron suficientes para que nuestras autoridades dispusieran de un laboratorio capaz de llevar control de las cepas que se van produciendo y tras enviar, sin éxito, las pruebas a Panamá, donde después de un mes les dijeron que la pruebas eran tan viejas que no servían, ahora un laboratorio privado les informa que ya está en Guatemala la peligrosa variante Delta que en casi todo el mundo ha obligado a adoptar medidas para evitar la brutal proliferación de los contagios. Pese a que no sólo es más contagiosa sino que genera más casos que amerita hospitalización y también provoca más muertes ahora están como estuvieron para las vacunas, dándole vueltas al asunto sin mover un dedo.
Expertos en el tema de epidemias venían advirtiendo desde hace días lo que ayer hizo oficial Giammattei y pedían que el gobierno adoptara las acciones correspondientes. Pero en el Ministerio lo más que pudieron hacer es emitir una nueva “alerta epidemiológica” contenida en la circular 30 dirigida al personal de Salud en el que les cuentan, con fecha de ayer, qué es la variante Delta y parte de lo que ha pasado en el mundo, proponiendo un mayor control epidemiológico sobre todo en los lugares más densamente poblados.
Para prepararse por esta variante tuvieron tiempo suficiente pues luego de que apareció en la India ha hecho estragos en el mundo entero pero aquí nuestro brillante equipo de manejo de la pandemia estaba a la espera de una respuesta de Panamá, que tardó un mes en llegar, y no aportó nada, para que finalmente un médico guatemalteco en lo particular, les tuviera que decir que él tenía ya prueba de 14 casos de contagio con esa cepa.
Aún con refuerzo de medidas y vacunación más eficiente, los países han visto la multiplicación de casos que satura el sistema hospitalario y causa muchas muertes. Pero aquí todo siguió como si nada, esperando a ver si nos llegaba algún resultado del extranjero para saber que la cepa ya anda gravitando entre nosotros.
Si la vacunación fue una muestra de la incapacidad del gobierno, la preparación para esta mortal variante es igual o peor porque se juntan dos factores gravísimos. Una población no vacunada en su inmensa mayoría y autoridades que tienen orden de mantener en naranja ciertos municipios, a como dé lugar, porque tal es el compromiso del gobernante con algunos de los que lo apoyan periódicamente con sus comunicados a favor de preservar la institucionalidad que vive y se alimenta para la corrupción.