Ahora correspondió al Secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, hablar con autoridades guatemaltecas respecto al tema. Foto La Hora/AP

Cada funcionario de Estados Unidos que visita Guatemala viene a recitar lo mismo, es decir lo obvio, y por ello todos insisten en la lucha contra la corrupción como eje de la cooperación entre ambos países. Ahora correspondió al Secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, quien específicamente se refirió a temas como el de la seguridad portuaria (dadas las terribles fallas que presentan nuestros puertos y que constituyen una amenaza para la seguridad de su país), la migración irregular y el narcotráfico que son factores que obviamente preocupan a Washington por la serie de efectos que tienen para los norteamericanos.

Pero mientras aquí se hacen los papos, cada uno de los visitantes termina abordando el asunto de la corrupción que está en el cimiento y raíz de todos los otros males. Los puertos de Guatemala son inseguros porque así conviene a las mafias que vienen operando desde los tiempos de Romeo Lucas y que ejercen el control del contrabando en el país, mismo que antes era básicamente de mercaderías que se vendían en comercios locales pero que ahora involucra también el tráfico de drogas. Al eliminar mecanismos de control, esa inseguridad portuaria puede servir también a terroristas que se aprovechen de la corrupción para transportar mercancías peligrosas que podrían evitarse si nuestros rayos X funcionaran, al igual que las cámaras en los puertos.

Pero resulta que la cantaleta entra por un oído y sale por el otro y lo más que produce es uno de esos peculiares arqueos de cejas. Porque tristemente se está hablando directamente con los responsables de la corrupción y con quienes se embolsan las coimas producto de los negocios realizados en el sector público. En ese contexto es difícil esperar resultados porque no es que las autoridades estén buscando ayuda para acabar con la corrupción, sino que se han comprometido con asegurar impunidad para todos los actos relacionados con el saqueo de los fondos públicos porque son ellas las que están exprimiendo el erario.

Obviamente la principal deficiencia en el sistema portuario, relacionada con la seguridad, es resultado de que eso es lo que conviene a los funcionarios que siguen operando La Línea con nuevos rostros pero justamente con los mismos métodos. Entonces no podrá haber seguridad portuaria de verdad mientras sigan al frente de las operaciones quienes abren las puertas de par en par a cualquier mercancía, siempre y cuando se produzca el consabido pago de la jugosa mordida que se reparten desde lo más alto hasta lo más bajo en la escala jerárquica del país.

Redacción La Hora

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