Desafortunadamente estamos en presencia de un crecimiento de la cantidad de casos de Covid-19 en el país, lo que significa graves problemas porque, además, se carece hasta de suficientes medicamentos para atender a los pacientes que requieran atención hospitalaria y el sistema mantiene seculares carencias que pueden traducirse en la pérdida de muchas vidas. En nuestro caso ya fuimos debidamente advertidos por el gobierno, hace varios meses, que el problema es de los ciudadanos y que de ellos depende el comportamiento de los contagios porque se nos trasladó la responsabilidad cuando el mismo mandatario dijo que la prevención no era su obligación sino deber de cada uno.
En todo el mundo la población se ha ido resintiendo de tanto tiempo de restricciones y distanciamiento, lo que hace que se baje la guardia en muchos casos y eso nos está pasando ahora a nosotros. La enorme diferencia es que hasta los países vecinos como El Salvador, Costa Rica y Panamá, han logrado acelerar la inmunización adquiriendo mucha mayor cantidad de vacunas de las que hay disponibles en Guatemala y por lo tanto con más personas vacunadas también se va reduciendo la cantidad de contagios y bajan muchísimo los riesgos, pero en nuestro medio seguimos esperando a que algún día los rusos decidan honrar su compromiso, si es que de verdad adquirieron alguno, y mientras tanto quedamos literalmente a la mano de Dios.
No existe siquiera un plan de constante información a la ciudadanía sobre cómo comportarse en esta etapa crítica de altos contagios. Nadie da instrucciones ni recomendaciones de lo que se debe hacer y de lo que hay que evitar. Seguimos viviendo como estábamos hace algunas semanas, como si no existiera un serio peligro de que podamos llegar a situaciones inmanejables.
De nada sirve ya repetir que el fracaso de la vacunación, que no es sólo producto de la falta de vacunas sino también de la ausencia de información adecuada para la gente, es el resultado de la ineptitud de nuestras autoridades porque todo mundo lo sabe y lo entiende. Y en las condiciones actuales ni siquiera un profuso abastecimiento podría ser manejado porque no hay cómo preservar la cadena del frío y evitar que se dañen las dosis que pudieran venir, situaciones que nos evidencian que vamos a la deriva, como uno de los países que peor han manejado esta pandemia, no obstante que se supone que tenemos dirigiendo el país a un médico que, por formación, debió entender mejor lo que es esta plaga del Covid-19 que sigue haciendo tremendos estragos.