Juan Jacobo Muñoz Lemus
-Te juro que he hecho de todo, y no logro que alguien se interese en mí como yo quiero. Nunca se han muerto por mí y no consigo que nadie satisfaga todas mis ilusiones.
-Tal vez eso sea mucho pedir. Es imposible que una sola persona congregue en sí misma todos tus anhelos.
-Bueno, te lo dejo en alguien que me quiera sinceramente. He dicho de todo para conquistar y mis palabras no convencen a nadie.
-No es que esté mal hablar, pero muchas veces las palabras son distractoras y solo sirven para no decir lo que en realidad se tendría que decir. Además, hay demasiadas frases sin concluir por conversaciones llenas de interrupciones; e incluso se falsifica la realidad con mentiras que intentan conseguir lo que se sabe que no conseguiría la verdad.
-Pero y entonces, ¿qué puedo hacer para que alguien se enamore de mí?
-Se me ocurre que podrías empezar por enamorarte primero, pero de tu propio ser.
– ¡Que ridiculez! ¿Cómo puede ser eso? Suena hasta narcisista.
-Narcisismo es desear ser amado. En lugar de buscar que alguien te reconozca, conócete. Contate tu historia, recordá todo lo que has vivido, tus logros, tus sacrificios, tus errores, tus fracasos, lo que trajo hasta aquí. Te aseguro que es una historia hermosa y conmovedora; puede ser que a ratos heroica. Es la única forma de descubrir lo genial que hay en tu interior.
-Valiente historia la mía, plagada de malas experiencias e insatisfacción. Tanto que parece una maldición, y no veo como podría gustarme gracias a ella.
-No deberías esperar que tu historia fuera la gran cosa, como si fuera algo épico. Hay que reparar en que no es así para nadie.
-Y así querés que me valore, gracias a mi historia.
-La experiencia es un tesoro, uno bastante triste y doloroso, pero un tesoro al fin. No se puede ser misericordioso y amoroso si antes no se hace uno cargo de su propia ira y frustración. Eso te ayuda a ser empático, de repente hasta un poco sabio, y eso enamora mucho.
-Siquiera uno estuviera hecho solo de buenas experiencias.
-Como te dije, la experiencia es dolorosa y no a todos los vuelve bondadosos, y te digo más, a muchos los envilece; pero es lo que hay. De todos modos, cuando hablamos de nuestra vida, hablamos de lo que ya pasó y así es como se hace y como se puede hacer. A veces hablamos íntimamente con nosotros mismos de lo que no pasó, y también en esto hay una gran experiencia. El pasado está lleno de deseos incumplidos, desfiguros y desatinos. Pequeñas y grandes tragedias nos construyen. Claro está que la memoria duele si la tocás.
-Lo único que voy a encontrar en mi historia es que se me fue la ocasión de muchas cosas que no hice a su tiempo, y que ya es demasiado tarde para hacerlas.
-A muchas cosas se les pasó la oportunidad, es algo que todos lamentamos; pero no por eso dejan de tener sentido. Aunque no las hubieras materializado en tu vida, siguen teniendo sentido universal. Si crees en ellas con sinceridad, tal vez por el dolor de no haberlas vivido, lo vas a irradiar y serás una inspiración. Que te veas radiante convoca emociones y eso es encantador. ¿No ves acaso que el amor surge de la admiración?
– ¿Y si de todos modos no le gusto a nadie?
-Puede pasar, no hay ninguna receta que sea infalible. Mi punto es que tengás primero amor propio y no el amor de alguien, eso es ya ir por delante. Ganarías conciencia de tu ser y te enamorarías de eso. Creo que el mejor argumento para ser amado es tener capacidad de amar y no necesitar a nadie para no ser una carga; sin dejar de estar en disposición para el amor, claro está. Y esperemos que cuando topés con la ocasión del amor, te fijés en alguien que venga igual.