Hay mensajes que a veces llegan confusos o que cuesta mucho descifrar, pero cuando un mensaje queda absolutamente preciso es corriente decir que el mensaje llegó fuerte y claro porque no queda lugar a ninguna duda. Pues así fue el mensaje que ayer difundió la Embajada de Estados Unidos en Guatemala consignando una certera frase de la vicepresidenta Kamala Harris sobre lo que ha ido viendo de esta región que le ha sido encomendada para atacar la crisis migratoria que se está convirtiendo no sólo en una seria crisis humanitaria sino en una crisis política para el gobierno norteamericano.
El breve pero contundente texto dice así: “Por mucho que nos esforcemos en contrarrestar la violencia, en la ayuda ante las catástrofes o en la lucha contra la inseguridad alimentaria, en cualquiera de esas cosas, no conseguiremos avances significativos si persiste la corrupción en la región”. Obviamente se está entendiendo qué es lo que está ocurriendo en tantas comunidades de Centroamérica de donde diariamente están saliendo muchas personas para buscar refugio en Estados Unidos y si bien es cierto que la violencia e inseguridad son factor, como lo son los desastres naturales o la inseguridad alimentaria que contribuyen a ese masivo éxodo, por mucho que se quieran invertir para ayudar a la gente no se conseguirá nada si persiste la corrupción que está desatada por estas latitudes.
En otras palabras, se reconoce y entiende que tiene que haber una especial ayuda para atender a la gente en su desesperanza para encontrar una vida digna aquí, pero en el fondo se termina diciendo que para que esa ayuda efectivamente llegue, tiene que cambiar el modelo de gobernanza para acabar con la corrupción. Se ponga el dinero que se ponga, sin una contraparte honrada en su manejo, los millones irán a parar a bolsillos de los corruptos y, si acaso, unas migajas llegarán a la gente que de verdad las necesita.
Veamos lo que ha pasado con los desastres naturales y cómo las famosas “reconstrucciones” han sido una forma de saquear al Estado para beneficio de políticos y contratistas. La violencia seguirá mientras tengamos la justicia cooptada para que sirva al mejor postor y la inseguridad alimentaria nos acompaña desde hace años porque como dijo aquel mafioso director de la Organización Internacional para las Migraciones, en Guatemala no hay obra sin sobra.
Entonces el panorama está claro y definido y es una lástima que los guatemaltecos no lo vean así y se conformen con vivir con la corrupción y la migración que, juntas, son negocio redondo.