Paradójicamente el mismo día que se conmemora en Estados Unidos de Norteamérica el día de Martin Luther King, llegó por segunda vez a la presidencia Donald Trump. Y es que vaya paradoja que resulta esta coincidencia, en varios ámbitos. En primer lugar, el recuerdo que evoca el Doctor King es sin duda, el de un país en donde toda su población goza de derechos humanos y construye con dignidad su futuro y la segunda es también la construcción de una sociedad democrática en donde el odio quede desterrado; nada más alejado de ese legado, resulta la llegada de Trump y su equipo a la Casa Blanca. Pero también resulta que muchas de las premisas esbozadas por Luther King se convierten hoy en claras señales de lo que acaba de volver a pasar en el país del norte. 

Según Martin Luther King “nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda” y es que no hay mejor forma de representar al grupo liderado por Trump como una mini élite de acaudalados oligarcas que hacen gala cotidiana de su concienzuda estupidez. Aunque parecieran sus discursos un catálogo de bromas de muy mal gusto, los discursos del hoy presidente de Estados Unidos de Norteamérica o del recién nombrado secretario a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental son una muestra grotesca y de la puesta en marcha de un serio retroceso para la democracia y la humanidad. Cambiar el nombre al Golfo de México, anexar Canadá, ocupar Groenlandia o “recuperar” el Canal de Panamá, son tan sólo algunas de las joyas de que la instauración de un régimen fascista acecha a la sociedad norteamericana. 

Lamentablemente la llegada de este grupo fascista al poder representará una serie de medidas con graves consecuencias para sus propios ciudadanos, pero también para el resto de sociedades. Su accionar tan exclusivamente encaminada a garantizar más y más privilegios para la oligarquía estadounidense, terminar por destruir a su propio pueblo y se constituirá en uno de los mayores agravios conocidos por el Mundo. Ejemplo de ello, lo representa la decisión ejecutiva de salirse de la Organización Mundial de la Salud o salirse del Acuerdo de París sobre cambio climático, mientras cae nieve en Florida y Los Ángeles arde en llamas. Junto a estas decisiones vendrán las que tendrán un impacto directo sobre Guatemala y la región centroamericana. La amenaza contra migrantes, tildándoles de criminales, la suspensión de los trámites de asilo y la congelación de fondos de la cooperación son tan solo la punta de un iceberg que apunta hacia el retorno de un mundo dominado por el fascismo. 

En estos momentos históricos, en donde los hombres más ricos del mundo se han articulado para tomar control del Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, se hace necesario que los pueblos y sus organizaciones se articulen para vencer este crecimiento fascista y no permitir que la escalada de autoritarismo, violencia y podredumbre se instalen.

Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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