Los otroras dictadores y sus “valientes” funcionarios, que en algún momento diseñaron e impulsaron la política contrainsurgente en el país y con ello, el cometimiento de graves violaciones a derechos humanos, luchan hoy junto a un séquito de abogados para impedir a todas luces la justicia y con ella la verdad. Muchas fueron las artimañas utilizadas en el pasado reciente para impedir que la justicia hiciera su fiel de balanza y pocos los resultados.

Sin lugar a dudas, las cosas en la vida son más sencillas de lo que parecen, hoy como siempre, el Pueblo Ixil sabe que su cruel e inhumano verdugo purga una sentencia por Genocidio, al igual lo saben los pueblos del mundo. Sin embargo, el hoy sentenciado junto a unos cuantos, pero poderosos, pretenden ocultar la verdad y con ello que la justicia no les alcance. Retorcidos caminos han tomado para lograr su cometido, pero a la fecha no lo han logrado, los ojos de la humanidad están puestos en el genocida y su séquito y eso les aterroriza.

En la actualidad, así como ha sido en el pasado, “los valientes” militares que cometieron graves delitos, hoy se presentan a todas las instancias que les es posible, con marullerías y guizachadas baratas, para detener el curso de la justicia y de la verdad. Ahora con un escenario favorable dado la cooptación absoluta del Sistema de Justicia, por parte de las mafias, su terror es tal que han emprendido nuevamente una serie de acciones que pretenden librar de nuevos juicios a genocidas o responsables de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, violencia sexual, esclavitud laboral y sexual.

Este grupo de personas autonombrados libertarios también le temen a nivel de pánico a la justicia y por ende a la libertad que dicen defender. En estos días decisivos la sociedad guatemalteca está observando el talante de las y los juzgadores del sistema de justicia.  Jueces y juezas vinculados a las estructuras mafiosas que han asaltado la Corte Suprema de Justicia, las Salas de Apelación y la Corte de Constitucionalidad, están llevando a cabo resoluciones favorables para aquellos militares que ostentando el poder diseñaron y llevaron a cabo acciones que violentaron la vida, la integridad física y la libertad de las y los guatemaltecos.

Así que el terror a la justicia y a la verdad se expresa a través de acciones en el marco legal, con el fin de entorpecer, limitar y obstaculizar cualquier proceso penal contra militares implicados en graves violaciones a los derechos humanos. Además, dicho terror también se expresa en la búsqueda de legitimidad social a partir de personajes que escriben para negar los hechos y/o para desacreditar a las víctimas del Genocidio y/o a las organizaciones que les acompañan. En este sentido, el Ministerio Público está jugando el papel central.

La valentía de las víctimas sobrevivientes a los hechos del terror de Estado, sus familiares, las organizaciones de derechos humanos y los Pueblos, no descansarán hasta alcanzar la justicia y restituir la verdad y la memoria.

Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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