Por Jorge Santos
El ilegítimo presidente de la República Alejandro Giammattei, participó hace un par de días en una actividad de la Asociación Nacional de Municipalidades de Guatemala -ANAM- donde luego de las fanfarrias y ridiculeces propias de estos actos, vociferó nuevamente una sarta de incongruencias. Sin embargo, en medio de la embriaguez y el trance que produce el éxtasis de la gritería barata, el presidente ejecutor anunció la creación de una lista del zopilote, en donde colocaría a los enemigos de Guatemala. No se sabe, si el ejecutor extrajudicial amenazaba de muerte a la oposición o si era ya el anuncio o el banderazo de salida de la represión más cruenta y violenta de los últimos años.
Vale la pena recordar que el hoy presidente formó parte de una estructura criminal que del 2004 al 2007 se dedicó a cometer una serie de hechos delictivos entre los que sobresale la ejecución extrajudicial, la tortura, la desaparición y las detenciones ilegales. Esta estructura criminal que funcionó durante el gobierno de Oscar Berger estuvo liderada por el que fuese el ministro de Gobernación Carlos Vielman y el director de la Policía Nacional Civil Erwin Sperisen, de aquel entonces y que según reportes de la Procuraduría de los Derechos Humanos, pudo haber cometido más de dos mil ejecuciones extrajudiciales.
Esta estructura criminal diseñó varios planes, de los cuales el primero de ellos se denominó la operación Gavilán, el cual consistió en la recaptura de 19 privados de libertad, que se escaparon de la que, en ese entonces, era la cárcel de máxima seguridad “El Infiernito”. Muchos de los “recapturados” fueron llevados a centros de detención ilegales, sometidos a actos de tortura y luego llevados a otros lugares en donde eran ejecutados extrajudicialmente. De estos graves hechos, dan cuenta ya, varias resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos -CorteIDH- y tribunales nacionales.
El otro plan ejecutado por esta estructura criminal, en la que participaba Giammattei, fue la Operación Pavo Real que consistió en la recuperación y control de la Granja Penal Pavón. El 25 de septiembre de 2006, cuando Alejandro Giammattei fungía como Director del Sistema Penitenciario, se ejecutó dicha operación y con ella, nuevamente esta estructura criminal, cometería 7 ejecuciones extrajudiciales. Todas estas operaciones disfrazadas de erradicación de la delincuencia y la violencia que ésta realizaba contra la población guatemalteca, no fueron más que actos criminales que contrarios al falaz objetivo, produjeron una escalada en los hechos de violencia. Este grupo delincuencial, al que pertenecía el hoy presidente, no era más que una estructura criminal, cometiendo ilegalidades.
Lo peligroso en la actualidad y de la narrativa del presidente, es su posición de poder, desde la cual puede llegar a cometer los peores actos de represión, violencia, terror y ampliar las ejecuciones extrajudiciales que cometió en el pasado y por las cuales sigue impune. No son palabras al aire, deben de ser tomadas con toda la seriedad del caso.