Por Jorge Santos

El poeta guatemalteco Ismael Cerna, a finales del siglo 19 dedicó un poema al dictador Justo Rufino Barrios, en el cual hay un fragmento que dice: …Mañana que la patria se presente a reclamar sus muertas libertades y que la fama pregonera cuente al asombrado mundo tus maldades; al tiempo que maldiga tu memoria el mismo pueblo que hoy tus plantas lamen, el dedo inexorable de la historia te marcará como a Nerón ¡infame! Este mismo poema sigue siendo útil, ahora contra el autócrata Giammattei. El repudio que Barrios consiguió en 12 años de dictadura, el actual Presidente lo consiguió en el primer año de ejercicio en el poder.

Guatemala ahora está sometida a la peor de las crisis. Sus pueblos abandonados a su suerte, la clase trabajadora debe sortear la muerte para conseguir unos magros ingresos que no alcanzan para el sostenimiento de la vida digna, la niñez sin derechos que le permitan crecer en paz, con bienestar y protegidos, prácticamente la gran mayoría de la sociedad sufre y es víctima de una camarilla de delincuentes, que disfrazados de políticos asaltó el poder político y hoy lo ejercen para beneficiar a unos pocos, en detrimento de amplios sectores de la población. El actual gobierno, manejado a su discreción por la oligarquía, ha lucrado con el dolor y muerte que ha implicado la pandemia Covid 19 en el país. Mientras los principales funcionarios del Gobierno saquean el erario público, los voraces miembros de la élite económica “gestan negocios” a costas del Estado.

En este marco de deterioro de todos los ámbitos que permiten producir y reproducir la existencia humana, la población ha manifestado su descontento por el agravio que le es cometido día con día y ha dicho ¡basta! Su voz se ha alzado en primera instancia para pedir la renuncia del criminal presidente, incapaz de manejar la cosa pública a favor de las y los guatemaltecos y su cómplice Gabinete. Junto a él, la actual Fiscal General y Jefa del Ministerio Público, por ser el alfil de la impunidad y producir desde el ente rector de la investigación penal la garantía de que el Pacto de Corruptos no será ni investigado, ni perseguido. Pero, además, los pueblos no se han quedado ahí, hoy exigen la transformación del Estado y poder construir su propia democracia y con ello las acciones que sean necesarias para garantizar el buen vivir de la población.

En este escenario se han levantado pocas, pero vociferantes voces haciendo el llamado al “diálogo”, el cual sin duda alguna pretende garantizar artificialmente que Giammattei termine su mandato, aunque esto signifique más corrupción, más impunidad y más violencia. Luego de décadas de diálogos, sin que estos tengan el efecto deseado, la población se ha dado cuenta que estos sólo han servido para legitimar el poder de los corruptos, por ello, hoy no lo acepta y continúa su senda de lucha, hasta alcanzar la transformación de este Estado.

Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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