Jonathan Menkos

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Jonathan Menkos Zeissig
jmenkos@gmail.com

La semana pasada acordamos que usted imaginaría que es parte de ese grupo de personas que ostenta mucho poder económico y político y lo utiliza para mantener su beneficiosa Eleq’oncracia, ese sistema político basado en la corrupción y la impunidad, en el cual la última palabra reside en usted y los suyos. Acordamos también que a usted le interesa mantener este sistema de gobierno porque le permite ganar más poder y conservar bajo la alfombra los hechos poco honrosos que lo han llevado a usted, a su familia y a la élite de la que es parte, a esa posición privilegiada -y poco propicia para la democracia- de estar por encima de la ley.

Usted no quiere perder ese poder. Por eso ya se encargó de eliminar a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y de destruir el Ministerio Público. Ahora le toca profundizar las raíces de una Eleq’oncracia plena, definiendo cuatro estrategias o rutas de acción que se refuerzan entre sí.

1. Estrategia para el amaño electoral: se trata de ayudar a construir, financiar y promover diversos partidos políticos, con colores y canciones diferentes, pero con el mismo objetivo: fortalecer su Eleq’oncracia. Para apoyar la homogeneidad del sistema electoral debe contar con una mayoría de magistrados en el Tribunal Supremo Electoral que ponga cuesta arriba la inscripción de partidos políticos que no estén controlados por usted y los suyos. Ha vuelto a mandar en la Corte de Constitucionalidad, lo que le garantiza tener en las próximas elecciones a Zury Ríos, mientras Edmond Mulet hace puntos para ser su ungido en el futuro.

2. Estrategia de captura del Estado: ejecutada por medio de pactos, compra directa o a destajo de políticos, sindicalistas, jueces, fiscales y magistrados. Uno de los pactos importantes es el que usted financie campañas a sus políticos de conveniencia a cambio de negocios, aprobación de leyes que ensanchan sus privilegios, le reducen delitos y le amplían derechos de explotación de recursos naturales o de frecuencias nacionales. También utiliza la política de puertas giratorias ofreciendo a sus mayordomos que hoy sean ministros o diputados y mañana serán los directores o gerentes de sus empresas.

3. Estrategia del pensamiento hegemónico: usted cuenta con universidades, centros de su pensamiento, iglesias, medios, programas de radio y televisión en los que se repite constantemente la visión de la élite con mensajes tales como: lo público es malo, es corrupto, no vale la pena exigir mejoras ni pagar impuestos; lo privado es bueno; la élite es gente que sale adelante sin el apoyo del Estado: solo los pobres necesitan de lo público, ¿acaso usted es pobre? Utiliza la religión para destruir la conciencia racional colectiva y legitimar el sistema político apoyando iglesias que masifican la idea de la cura divina, asfixian la acción social de transformación y enajenan a sus ovejas con la búsqueda de la prosperidad individual. Asfixiará por ley a las oenegés contrarias a sus ideas.

4. Estrategia de la aceptación de la desigualdad por autofracaso: imponer en cada guatemalteco la idea de que “puede conseguirlo, si se lo propone”. Con esta estrategia alegra a los pocos ganadores mientras impone, en quienes no encuentran trabajo o no tienen un ingreso suficiente para el bienestar de su familia, la carga anímica de un fracaso que atribuyen a ellos mismos y no a la imperfección de los mercados, la mala distribución de la riqueza o lo amañado de un sistema en el que los mismos, la élite, siempre ganan.

Con estas estrategias operando parecería que usted va a ganar esta batalla entre la democracia y la Eleq’oncracia, pero le anticipo que no será así (continuará).

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