Este viernes 11 de abril es otro día especial para los estudiantes y para todos aquellos que disfrutamos y nos sentimos huelgueros de siempre, en esta fecha estamos celebrando, otra vez, un alegre Viernes de Dolores. El Viernes de Dolores nació justamente con la Huelga, la cual lleva adosado, justamente ese adjetivo de Dolores puesto que el desfile representaba un momento para sacar todos los “trapitos al sol” de diferentes personas y pasajes de la sociedad, con lo cual se generaban dolores de estómago o de cabeza para aquellos que eran sujetos de ser incluidos en las carrozas, en los boletines o en el No Nos Tientes –el periódico de la huelga-, así como también se mencionaban en la velada.
Este Viernes de Todos los Dolores, es un momento cumbre en la vida estudiantil, puesto que después de las lecturas de los boletines cada viernes de cuaresma, se concluía con la Declaratoria de Huelga, el último viernes antes del desfile. Pero la Declaratoria de Huelga de Dolores era especial. Acá recuerdo mi última declaratoria siendo todavía estudiante y acá evoco a Quincho, un chingonazo compañero de la facultad de Ciencias Económicas, quien además tenía una gran capacidad histriónica y ´por ello también era miembro del Grupo de Teatro Nalga y Pantorrilla, cuando en una declaratoria de huelga en un escenario habían puesto algunas antorchas alrededor y Quincho estaba hablando y dijo, bajo el calor del fuego de las antorchas que le quedaban cerca: “muchá yo quería huevos rancheros pero acá se me van a poner duros” para concluir con su discurso y dijo: “Declaro la Huelga de Dolores a nivel nacional y, agregó, y también a nivel internacional…”, con las carcajadas de la concurrencia.,
Esa semana previa al desfile también se pasaba por la Velada Estudiantil, que visto en mis ojos de estudiante en la USAC, era un espacio en la cual las diferentes facultades se lucían con todo tipo de obras, pero “Nalga y Pantorrilla”, se llevaban todos los aplausos y premios, que consistía en una parodia al Oscar de la Academia, en la Chabela de Oro. Acá evoco a Ramón Mena (+), un excelente amigo y colega, quien fue el director de este grupo de teatro y tenía una capacidad enorme para recrear eventos, cruzándolo con canciones, con charadas, con palabras en doble sentido, con cuestiones propias de la época. Así, por ejemplo, había una obra que se llamaba “Los tres moteleros”, otra con el nombre de “Los Diez Mandamientos y tres más”. En esta última obra, se iban enumerando cada mandamiento con charadas y bromas, pero el undécimo era algo así como “no echar tierra”, el duodécimo era: “nos tomamos un trago y el trece (para los entendidos) simplemente decían: Gracias. También recuerdo a mi buen amigo Pinocho, cuando decía algo así: “muévanse ríos y lagos, sacúdanse nubes, estremézcanse volcanes, y finalizaba con “grítenme piedras del campo (la letra de una pieza ranchera, creo que de Cuco Sánchez).
No se me olvida también Tiky, aquél moreno compañero, quien por su color y pelo se parecía al del anuncio de la gaseosa del mismo nombre, quien en una obra en la cual él actuaba de Lucas García, recibía a una delegación de las Naciones Unidas, quienes preocupados le manifestaban que veían que las elecciones generales podrían ser manipuladas y que se tenían señales de fraude, al final él les contesta que no se preocupen que “en su gobierno no iba a permitir que pasara nada de eso” y se retiran. Ya solo se queda cavilando y se dice a sí mismo: “¿qué va a haber fraude en las elecciones generales?, eso sólo Dios lo sabe… hace una pausa y dice: Y yo…
En otra escena creo que era Tiky y actuaba como César de Roma, este hace una visita a Guatemala y saluda “Hola, acá te saluda César de Roma y Jaime (Pinocho) actuaba como su contraparte y le contesta “Hola, acá te saluda César de Guatemala”, en franca alusión al nombre artístico de César Rodas del Valle (+) quien puso en boga una agradable balada que se llamaba “Mi Plegaria”.
La genialidad que se desbordaba en cada obra de teatro era impresionante, había finura, había charadas, había capacidad artística y Ramón Mena era una combinación de todas esas facetas que lo hacían un agradable amigo y querido colega.
Por supuesto que el punto culminante sigue siendo el Viernes de Dolores, pasado mañana, un día que concita a la reunión con viejos amigos, estudiantes y profesionales, quienes convergen en el marco del encanto del Portalito y del Granada, espacios que seguramente visitaremos para convivir unas horas de buen humor y gratas amistades.
No faltará, por supuesto, que entonemos todos juntos ese himno de guerra que nos heredaron el Moyas Asturias, Chocochique Balcárcel, el Zancudo Barnoya, el Gato Vela, así como el maestro José Castañeda quien hizo los arreglos musicales y que su letra sigue vigente cuando cantamos: “contemplad los militares que en la paz carrera hicieron, nuestros jueces a millares que la justicia vendieron, nuestro curas monigotes que comercian con el credo y patrioteros con brotes de farsa, interés y miedo”. “Patria palabrota añeja, por los largos explotadas, hoy la patria es una vieja (somato) que está desacreditada, no valen ni cuatro reales, en este país de traidores, la venden los liberales como los conservadores”.
Este Viernes de Dolores cantarán desde la eternidad junto a nosotros el Sordo Barnoya (+), Lencho Patas Planas (+) y Ramón Mena (+) y todos gritaremos al unísono: “Matasanos estudiantes del emplasto fabricantes, güisachines del lugar, estudiantes en sonora carcajada prorrumpid jaja”