Juan José Narciso Chúa

juannarciso55@yahoo.com

Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Las noticias no podrían ser peores, por supuesto que en Guatemala las malas nuevas son moneda de curso corriente diariamente, luego del triunfo de Trump, la situación se plantea imprevisible, tal como la propia personalidad de Donald Trump un ignorante en la política, pero que condensó todo el viejo malestar por un Estados Unidos supuestamente “great” (grande), pero que en el fondo se esconden sentimientos racistas, fascistas, anti migrantes y en lo económico imbuidos por el espíritu libertario, pero ni siquiera en su expresión más pulida, sino en la posición más burda posible.

La decisión de escoger a Marco Rubio como Secretario de Estado, agrega más claridad al asunto, puesto que este senador es reconocido por su posición antimigrante, por su orientación racista y para no olvidarlo es uno de los personajes que más contribuyó a la salida de la CICIG en Guatemala, por lo que esta posición seguramente contrastará con las posiciones seguidas por secretarios, asesores y embajadores en relación a nuestro país.

Pero lo peor, estimo que con esta decisión Trump apunta a una posición mucho más conflictiva o guerrerista que antes, pareciera que en lugar de haber internalizado que su gestión fue pésima en materia de relaciones internacionales, ni tampoco aceptar que provocó una turba para evitar que ganara Biden y que puso en jaque a la propia democracia americana, hoy al regresar a la Casa Blanca pareciera que va a dirigir todas sus baterías a generar mayor conflictividad que antes.

No cabe duda que Trump goza de un capital político en la sociedad americana, a pesar de ser una sociedad educada, pareciera que sus sentimientos de ese supuesto país grande, pretenden nuevamente erigirse en el centro del mundo, así como establecer sus puntos de vista y acciones en contra de todo aquel líder o país que lo cuestione. Así es imposible dejar de recordar la actitud abusiva y prepotente de Trump cuando se reunía con la anterior canciller alemán Angela Merkel y el Primer Ministro Francés Macron.

Es pertinente indicar que la actual gestión demócrata que termina en enero del 2025, fue realmente desastrosa, aunque es de reconocer que manejaron bien la pandemia, aunque extendieron peligrosamente, la entrega de los bonos a personas, que al final provocó que muchas personas ya no quisieran trabajar, así como incidió fuertemente en la inflación, su política exterior fue desastrosa, principalmente en lo relativo al conflicto derivado de la invasión de Rusia a Ucrania y su papel dentro de la OTAN.

Esta situación tan espinosa de la OTAN provocó incluso que países otrora neutrales y vinculados a los esfuerzos de paz como Suecia, Noruega y Finlandia, ingresaran a la organización atlántica, derivado del peligro que se cernía en sus fronteras y cercanías con Rusia, pero que ahora, con la llegada de Trump les genera una mayor presión, si en todo caso se invocara una posición frontal en contra de Rusia.  

La presencia de Trump en la actualidad, abre las posibilidades que se creen condiciones de mayor profundidad para una tercera guerra mundial, y si a su obcecado guerrerismo se agrega su posición contraria a China, que en el caso de Biden no fue la excepción, las potencialidades de una tercera gran guerra pueden percibirse más cercanas.

La interrelación entre personajes guerreristas y hasta genocidas como Netanyahu, Putin y Trump, no deja de preocupar y contribuye a recrear un espectro difícil con una OTAN que hoy puede recibir mayor impulso y con ello abrir una hostilidad de baja intensidad inicialmente, para luego abrir un conflicto que puede ser terrible para la humanidad.

Los pocos avances en las cuestiones ambientales, hoy nuevamente sufrirán una regresión terrible, pues la postura de Trump en este ámbito es de una ignorancia superlativa, por lo que dará marcha atrás a cualquier avance en relación al cambio climático, la reducción de emisiones y otras similares.

Para Guatemala y para países de Latinoamérica que requieren de recursos de la cooperación internacional y en particular de USAID, pues nuevamente –ya ocurrió en su primera gestión-, la reducción de los fondos destinados a Guatemala, un país que en la gestión entreguista y servil de Jimmy Morales, le facilitó decisiones estratégicas del país para facilitar la salida de la CICIG.

Así que las cosas hoy se tornan bastante sombrías para la humanidad, algunos esperan algunos cambios de Trump, pero yo, lo dudo. Lo que sí, el partido demócrata necesitará de una reforma profunda para remontar su racha de malos candidatos y malos presidentes de los últimos años. Todo está por escribirse sí, pero es preocupante el futuro, no cabe duda.

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