La movilización ciudadana hoy tiene un nombre: los pueblos indígenas, sus manifestaciones han sido notables en cantidad de personas, pero lo que es aún más importante, la permanencia de todos en diferentes lugares del país. Sin duda, esta organización es hoy por hoy, el eje de las movilizaciones sociales para sacar a la fiscal general y sus peores alfiles internos Curruchiche y Monterroso.
El punto de inflexión que marcan estas movilizaciones hasta el día de hoy muestran que es ahora o nunca, mientras que por el lado del MP se evidencia su tozudez en mantenerse en el puesto y evidenciar que se “quiere morir con las botas puestas”, lo cual también llama la atención, pues “algo debe tener detrás” para aceptar que no va a salir fácilmente.
Lo que circuló sobre un empresario vinculado a la empresa cementera representa una de las explicaciones de esa terquedad absurda, y digo absurda, pues contrariamente a lo que piensa ella por la forma en que actúa, es que goza de una antipatía monumental, por lo que su vejez se perfila muy difícil, pues me imagino que al interior de su familia también existen cuestionamientos sobre su actuación por muy querida que sea.
Fuera de ello, la situación hoy es cada vez más compleja y se puede tornar aún más difícil, pues seguramente en estos dos días de la semana, las movilizaciones se van a hacer mayoritarias, las representaciones de distintas instituciones, organizaciones y colectivos van a presentarse a acuerpar el esfuerzo de los pueblos originarios, para establecer un cuerpo que articule lo citadino que el trabajo de los pueblos originarios.
Este es el momento de apoyarlos más, así como constituye también el momento cuando la ciudadanía debe dejar sus espacios de comodidad y presentarse a manifestar o bien desde sus diferentes espacios y redes sociales, expresarse contra un sistema político oprobioso e ignominioso que se resiste a entregar el poder a un partido que se plantea como una esperanza de sentar las bases para cambios y transformaciones de mayor calado.
Así que hoy los invito a los ciudadanos y ciudadanas, a los padres y madres, a los hijos e hijas, abuelas y abuelos, a las amas de casa, a los pequeños y medianos empresarios, a los grandes empresarios conscientes, a los obreros, a los trabajadores del comercio, a todos aquellos ciudadanos que busquen un cambio que favorezca el futuro de sus familias.
Los que hoy nos uniremos, no esperamos más que dejar un legado de país diferente para nuestros hijos, para nuestros nietos, para que justamente todas aquellas personas vulnerables tengan una oportunidad de salir adelante en nuestro país. El momento es ahora, es muy grande lo que se puede ganar, pero también es enorme el hecho de perder, si no actuamos ahora.
La sociedad está integrada por todos sus ciudadanas y ciudadanos, ya conseguimos por medio del voto cambiar el destino de nuestro país, hoy no sólo defendemos nuestro voto, para que se refrende el cambio de régimen, pero más allá de ello, se consolide la democracia como un espacio de convivencia pacífico y donde el pueblo efectivamente tenga la voz del cambio y la esperanza y que lo pueda ejercer.
No debemos dar marcha atrás, los resultados de una regresión serían terribles, es imposible pensar que sigamos bajo el mandato de ineptos y corruptos como los Pérez, los Morales o los Giammattei –que ciertamente no son los únicos responsables, pero han sido los peores en estos últimos doce años–. La lucha debe ser clara con objetivos precisos, pero sin violencia, nuestro derecho a las movilizaciones y la protesta debemos ejercerla, este es el momento del pueblo.