Juan José Narciso Chúa

juannarciso55@yahoo.com

Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

post author

Juan José Narciso Chúa

La inflación es un fenómeno en el cual los precios de todos los bienes y servicios se incrementan, provocando con ello que el poder adquisitivo de la población se deteriore en términos del porcentaje de inflación.

En Guatemala, la inflación ha venido elevándose significativamente durante los últimos meses producto de distintas hechos, principalmente aquellos que han ocurrido en el exterior induciendo a generar un fenómeno denominado inflación importada, lo cual significa que ante una inflación elevada en un país con el cual Guatemala tiene mucha relación comercial, como es el caso de los Estados Unidos, la inflación se disparó de una forma impresionante, a partir de la aplicación de medidas de política económica expansiva, tanto en materia fiscal como en términos monetarios.

En este sentido, los precios de los bienes producidos en ese país se incrementan en precio, con lo cual aquellos bienes transables o que se venden en el exterior (lo que significa nuestras importaciones), se coloquen en un precio más elevado ante lo cual la inflación no se produce acá sino es esencialmente en el país exportador.

Sin embargo, desde el segundo semestre del año 2021 ocurrieron varios hechos que presionaron sobre los precios, tales como el alza del precio del petróleo -aunque moderada para aquellos meses-, producto de un proceso de reducción de la producción y exportación de petróleo por parte de la OPEP, para justamente conseguir subir el precio, el cual, aunque subió no llegó a los niveles en los cuales se encuentra a la fecha.

Igualmente el desacople o el quiebre entre la oferta y la demanda de bienes y servicios derivado del cierre temporal que provocó el COVID-19, con lo cual las empresas tuvieron que cerrar temporalmente, despedir personal y luego al abrir, la apertura fue gradual incorporando poco a poco personal, pero aún se hizo más difícil encontrar materias primas para producir, puesto que las empresas proveedoras pasaban por la misma situación con lo cual la cadena de suministros se desaceleró seriamente, mientras que la demanda pasaba por una reducción en su capacidad de compra ya fuera por desempleo o bien por un desplazamiento de las compras o una baja en el ingreso o la demanda efectiva.

Esta corrección del sistema de cadena de suministros tomó tiempo en reestablecerse, pero a ello se sumaron los problemas del encarecimiento de los contenedores derivado de las dificultades portuarias tanto en la salida como en la llegada y sumado a ello la tardanza para movilizar las mercaderías fuera del puerto, la carencia de microchips para computadoras y automóviles que presionó a la baja la producción de vehículos con el consiguiente desempleo y el alza del precio del petróleo generó un entorno de difícil recuperación.

La expansión fiscal utilizada por Estados Unidos, así como la inyección de mayor cantidad de dinero en circulación por parte de la Reserva Federal, provocaron una mayor liquidez en el mercado lo cual sumado a una mayor cantidad de demanda efectiva derivada de bonos para las personas elevaron considerablemente los precios y con ello apareció la sombra de la inflación que ha llegado a niveles insospechados con un 8.57%, la más alta en varias décadas.

Acá en Guatemala la expansión fiscal para financiar diferentes mecanismos no fue efectiva con lo cual poco incidió sobre la inflación, pues más sirvió para efectos de la corrupción que otra cosa, mientras que la expansión monetaria, no consiguió reducir considerablemente la tasa de interés, aunque sí hubo liquidez para los bancos y el consumo.

Sin embargo, la actual inflación en Guatemala se adscribe fundamentalmente a su origen importado, hoy agudizado por la invasión de Rusia a Ucrania, el incremento del precio del petróleo y con ello la gasolina, el incremento de los fertilizantes que impacta sobre la producción agrícola y el precio incrementado por la inflación de los bienes que importamos de Estados Unidos. En todo caso, la persistencia del fenómeno puede provocar mayor deterioro en los salarios reales y afectar a la población asalariada. Pero no puede dejar de mencionarse la especulación con los precios que está ocurriendo en supermercados pues la misma presenta alzas más allá de la cifra de inflación.

Artículo anteriorONU arma plan para compartir vacunas contra viruela símica
Artículo siguienteAcaparamiento de tierras, conflicto social, hambruna y migración