Juan José Narciso Chúa

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Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Juan José Narciso Chúa

Poco a poco se han venido gestando los movimientos políticos orientados a consolidar el actual estado de cosas dentro de la sustentación que otorga el denominado Pacto de Corruptos. Las acciones buscan establecer con seguridad los arreglos que conducirán el sistema político hacia una nueva elección, en donde se consiga mantener, sin mayores cambios, el esquema de poder.

Dentro del Congreso de la República, al saber que se encontraban ante la posibilidad de perder la presidencia del mismo y con ello perder el control en el presupuesto, así como otros aspectos que vienen, se movieron rápido en los tribunales de justicia y en el propio Tribunal Supremo Electoral para favorecer el retorno de Sandra Torres al tinglado político y con ello retomar el control de la UNE y asegurarse así de nuevo la presidencia del Congreso de la República.

Pero este movimiento va más allá. En efecto, busca allanar el terreno para la elección de la Fiscal General y empezar a establecer las capacidades electorales para las próximas elecciones, en donde nuevamente Sandra Torres será un papel fundamental para movilizar el caudal electoral que posee para ponerlo al mejor postor y que gane el candidato o candidata del Pacto de Corruptos.

Lo interesante en este nuevo esquema es que tres mujeres constituyen el eje fundamental del mismo. Uno, tal como ya se mencionó, es Sandra Torres, su retorno a la arena política tiene toda la claridad para resolver situaciones como la última votación en el Congreso sino además va más allá hacia el terreno electoral.
La segunda mujer es la actual Fiscal General. La presencia actual de ella asegura que todos los movimientos legales están controlados y buscarán aislar a aquellas personas que se opongan a este Pacto de Corruptos. La actual situación de desempolvar un caso antiguo en contra de José “Chepe” Rubén Zamora es uno de los movimientos que buscan aislar la presencia activa y de denuncia que Zamora y el Periódico han venido desarrollando en los últimos años.

La reelección de Consuelo Porras como Fiscal General, busca mantener bajo control la cuestión penal de cualquiera de los miembros directos o indirectos del Pacto de Corruptos y en esta materia los acuerdos son totales, acá no hay discusión. Esto les asegura mantener el Ministerio Público controlado y destinado a seguir los designios de este ominoso pacto.

La tercera dama es Zury Ríos, poniéndola, hasta ahora, como la candidata que podría darle continuidad a la estrategia de mantener controlado todo el sistema político.

En materia de justicia seguirán desgastando e incluso destituyendo por medio de antejuicios previamente fraguados a los jueces honrados y que luchan contra la impunidad como Ericka Aifán, Shitumul y otros.

El TSE se encuentra preparado para asegurar este movimiento rapaz, si no vean lo dicho por una magistrada de dicho tribunal a los alcaldes recientemente, vaya muestra de desfachatez. La CC también seguirá propinando los golpes necesarios para mantener controlado el sistema junto a la propia CSJ. La justicia continuará aherrojada, silenciada y enjaulada por mucho tiempo más.

Pero en la medida que todos sabemos de estos movimientos, pues ahora son abiertos, no buscan esconder nada, son cínicos, descarados, se provocará la destrucción de la institucionalidad sin parar, poco les importa en la medida que la corrupción continúe siendo el hilo conductor de los regímenes de Gobierno.

Esta desfachatez, ese descaro, el descuido de las formas y sus resultados son los elementos que al final terminarán destruyendo a este grupo, que hoy por hoy, nos conduce nada más que al desastre como nación y como sociedad.

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