Jesús Alvizures
Todo lo que se dice y se comenta a veces carece de credibilidad; estamos en la era donde la mentira luce mientras la verdad llega aún esta no sea aceptada por los que denigran la palabra y la usan para envolver al ciudadano, al pueblo que ya no cree ni en que es pueblo porque es vista su existencia con menosprecio, sus necesidades las ignora la elite capitalista con el aval gobiernista que calla y no ve el atropello humanitario que en el centro y rincones de la patria se dan.
En el campo ya ni hierbas se cocinan porque ya no se dan; la tierra está cansada y ya no florecen como antes entre la milpa el quilete o sea macuy, los bledos, el chipilín, la verdolaga para ensaladas y a la orilla de lagunetas los berros, ayotales que nacían sin hender la semilla, qué tiempos aquellos en que la naturaleza daba el pan de cada día, con la bendición de Dios. Nuestro Dios que ya no derrama a manos llenas su bendición por la maldad enquistada en la tierra, para el lado que se mire se encuentra delincuencia, maldad destructiva generalizada que abarca mujeres, ancianos y niños. Gobiernos que no ven por el pueblo y solo ven su acomodo ambición de ser los nuevos millonarios para comprar voluntades.
Se sabe que las palabras recriminando actitudes se las lleva el viento, más quedan registradas en la historia para testificación de lo que son capaces de hacer los políticos que esquilman con falsos argumentos al estado, los ministerios adjudican obras, celebran contratos mal redactados que no implican responsabilidad y honorabilidad del contratado para cumplir con lo requerido, resultando que para continuar el trabajo solicitan cuantioso capital adicional. No hablamos de miles hablamos de millones donde sí se critica el gasto se molestan y buscan machacarle la cola a quienes se pronuncian en contra de las malas formas de manejar el capital de los guatemaltecos.
Así se va trillando el camino que con dirección opuesta al progreso se genera para hacer maromas que desaparezcan los endeudamientos económicos ¿Y quién fue? esconden la mano que trasegó parte de la economía nacional a Bancos extranjeros, estos que ya no garantizan la confidencialidad de los cuentahabientes con capital de dudosa procedencia, Comentar sobre estos acontecimientos ya no se quisiera, porque la mayor parte del pueblo calla y no se da por enterado, los hechores no se regeneran aún su desmedida ambición los lleva a las cárceles de su país como el caso de tantos mandatarios en el mundo que han saboreado la miel corrupta del poder y después cuando al fin los desnudan se han quedado en la calle con una mano adelante y la otra atrás.
Aquí en Guatemala se han registrado casos de casos que han puesto en entredicho a nivel mundial la honorabilidad de la que debe estar revestido un gobernante de sensibilidad humana y de mano dura para dictar lineamientos que erradiquen la delincuencia común y organizada, esta que debe concientizar que no debe seguir transitando por malos caminos que son de perdición.
El gobierno no es correcto que siga dando mano libre para que opere la corrupción, hay que hacer ya un alto y salir de la silla presidencial con honor y no mal señalado.