Grecia Aguilera
Cada 30 de noviembre se conmemora en Guatemala el Día del Periodista. La Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), se reunió en agosto de 1948 para acordar una fecha conmemorativa y el Congreso la ratificó en 1972 con el decreto 47-72.Yo considero, que el verdadero periodista se convierte en un misionero de la palabra que debe ser infalible, firme, auténtica e indiscutible, porque su labor consiste en informar bien, con la verdad y lograr que la noticia llegue a su destino con exactitud y claridad, pensando por sobre todo en el respeto y bienestar de la ciudadanía.Dentro de los principios más importantes que guían el trabajo periodístico se encuentran, la ética y el apego a la verdad, con información fidedigna y verificable. Para cumplir con estos principios es necesario acercarse personalmente al lugar, hecho o situación para obtener testimonio propio. Estas medidas deben aplicarse con rigor en cualquiera de las formas en que se practique el periodismo: prensa escrita, fotografía, radio, televisión o medios digitales. La base del periodismo es obtener la noticia de un suceso, acto o acontecimiento, para su respectiva divulgación o publicación por medio de una entrevista, reportaje, crónica u opinión, labor que conlleva recolectar cuidadosamente la información y saber comunicarla responsablemente a la población, aunque la tarea a veces sea ardua y por momentos difícil o complicada. Toda esta obligación moral, que enaltece al periodista, trae a mi memoria la frase que expresó en algún momento el reconocido periodista, diplomático y político peruano Luis Joaquín Miró Quesada de la Guerra, con respecto al periodismo: “Es la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios”. Pensemos mejor que es la más noble e imploremos a Dios, como lo manifiesta Robert Bernard Considine en las últimas líneas de su “Oración del Periodista”: “Que yo trabaje con el mayor empeño y humildad, imitando a otros cuatro reporteros más hábiles que yo: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.” Y también como lo expone en su plegaria el sacerdote Hernán Pérez Etchepare: “Señor, venimos como periodistas y profesionales de la comunicación para renovar nuestro compromiso con la veracidad de los hechos. Danos el valor y la responsabilidad para defender la cultura de la vida… Queremos trabajar para que en nuestro país haya una opinión pública esclarecida y que los ciudadanos trabajen para solucionar los graves problemas que nos afligen… Señor, haz que siempre iluminemos nuestra comunicación con la luz de tu esperanza.” Los medios de comunicación deben ser cuidadosos en todo sentido porque las personas pueden sugestionarse con lo que están viendo, leyendo o escuchando en algún momento. En 1938 el famoso actor y director de cine Orson Welles, provocó una ola de pánico en miles de oyentes de Nueva Jersey Estados Unidos, cuando estaba transmitiendo en la radio la novela de ciencia-ficción “La guerra de los mundos” del escritor británico Herbert George Wells que relata “la supuesta llegada de seres extraterrestres procedentes de Marte con el fin de invadir la Tierra”. Todo se escuchaba tan real y su narración era tan convincente que los radioescuchas creyeron en el relato. El poder de comunicar una noticia es grande, como grande es la responsabilidad de anunciarla. Por ello el escritor, orador y político Edmund Burke consideraba al Periodismo “El Cuarto Poder” de las grandes democracias occidentales, siendo los tres primeros como sabemos: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Mi señor padre, el maestro don León Aguilera, en su Urna del Tiempo “Reconocimiento al Cuarto Poder” escribió al respecto: “Cuarto Poder es toda prensa basada en la libre expresión, responsable y orientadora, con crítica y con apreciación hacia toda la obra nacional y los sucesos del diario vivir y que respeta y se hace respetar.”