“La libertad está en ser dueños de la propia vida”. Platón
La frase con la que inicia el presente artículo es una expresión que ejemplifica lo difícil que es encerrar la libertad de los seres humanos como la solución a un problema, cuando no se es capaz de plantear la adecuada solución.
La práctica legislativa en el país, siempre nos ha quedado a deber a los guatemaltecos, porque no solamente existe una sobreexistencia de leyes, muchas vigentes no positivas, término que significa que engrosan la biblioteca jurídica, pero que no se aplican, todo esto es consecuencia de la excesiva cantidad de leyes, que están ahí, pero no se cumplen.
Cada legislatura trata de crear más leyes, muchas veces sin sustento alguno, porque o son bastante pobres, o no se aplican porque no son necesarias, cuando sería mejor analizar las leyes vigentes y actualizarlas conforme la sociedad va evolucionando, siempre y cuando tengamos por lo menos tiempo de conocerlas, porque otra de las falencias es el constante manipuleo de las normas, lo que no permite su completa aplicación.
Actualmente, dentro de todo el engranaje jurídico se encuentra en discusión entre otras la iniciativa 6280, por medio de la cual se pretenden tipificar delitos relacionados a la violencia sexual que se ejerce a través de medios digitales y tecnologías de la información; sin embargo, la misma es ambigua, por lo que podría ser utilizada como una herramienta para la censura y el control político, que amenaza seriamente la libertad de emisión del pensamiento, o la libertad de expresión.
Las leyes, principalmente las relacionadas con violaciones a los derechos de las personas, deben ser concretas para ser eficientes y poderse aplicar, pero como se encuentra redactada la iniciativa en cuestión, que ya tiene dictamen positivo puede utilizarse para otros fines que no son los que supuestamente se esperan, como observamos ha sido utilizada la ley de femicidio, sin que exista posibilidad que respondan a las necesidades de la población.
Contempla la citada propuesta que una cantidad de instituciones se conviertan en agentes de prevención de la comisión de los delitos cibernéticos con relación a la sexualidad de las personas, aspecto que se disemina de tal forma, que crea más burocracia sin coordinación alguna.
Además de ambigua, es débil porque con relación a delitos conexos con violencia sexual digital, de manera inmediata decretaran como medidas de seguridad entre otras cuando hubiere ocurrido “en el marco de la convivencia educativa, ordenara a la entidad educativa sea pública o privada tomar las acciones administrativas necesarias para que el presunto agresor y la víctima no tengan contacto y evitar que continúe la vulneración”. Si es cibernética, dejan atada a la institución de que se trate porque es imposible que todas las instituciones posean las herramientas suficientes para evitar el contacto de la víctima con el agresor, más aún de un pequeño colegio.
En el mismo contexto transcribo el numeral 7 del artículo 21 que se suma a las penas accesorias. “Se prohibirá la creación de perfiles en redes sociales y plataformas digitales, especialmente de manera anónima, debiendo reportar las direcciones IP y los perfiles en redes y plataformas sociales de los que haga uso”. Si se trata de una pena accesoria tiene un tiempo limitado, porque depende de la pena principal, por lo que cumplida la misma, todo sigue igual.
Hace unos días, escuché una conferencia en la que la expositora se pronunció en contra de seguir tipificado como delito todo lo que se ponga enfrente sin entrar a conocer las causas, que dieron como resultado las consecuencias que se pueden convertir en delito, y nosotros como sociedad hemos criminalizado cualquier acto, sin buscar la génesis del problema, situación que ha dado como resultado la creación de más instituciones, por lo mismo aumento de la burocracia, mientras los problemas que se deben resolver aumentan, así como el presupuesto.
En el caso de la libertad de pensamiento, quienes calificarán el delito tipificado en la propuesta de ley, serán los tribunales penales, después de las experiencias vividas con relación a cómo se manipulan las leyes para castigar al contrario, y con una norma tan imprecisa, no solamente la propuesta es inadmisible, sino que cada día perdemos más libertad.
La libertad de expresión ha sido una conquista que no podemos perder, para llenar un número en el Congreso.