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“Una de las manifestaciones del burocratismo es el relajamiento en el trabajo debido a la indiferencia o a la negligencia”. Mao Zedong

En la historia del país se han llevado cambios en el gobierno central, como un ejercicio de alternancia, que se reconoce como uno de los elementos de la Democracia, pero no nos ha servido de nada, en contraste con algunos gobiernos municipales como el de la ciudad capital en los que el mismo equipo se ha mantenido prácticamente vegetando, nos ha servido lo mismo, de nada.

Después de 40 años con la misma Administración en la Municipalidad Capitalina, lo más evidente es que a diferencia del mundo en general, la institución no ha evolucionado, ha involucionado, en todos los aspectos, porque la capital de Guatemala es un espacio del quinto mundo si este existiera, situación que a la ciudadanía nos perjudica.

En cualquier lugar del mundo uno de los factores que lo hacen más o menos importante para la inversión en general, es su estructura, adicional a la seguridad en todos los sentidos, y la certeza jurídica para hacer negocios, nosotros no es mucho lo que podemos ofrecer en ese sentido, porque una de nuestras deficiencias es precisamente la inseguridad, entendiéndose esa inseguridad en su sentido más amplio, por ejemplo, nuestro tiempo que es tan importante, contar con él para planificar el día a día, pero acá,  es difícil hacer planes  para un día, y que en este no hayan embotellamientos en cualquier lugar de la capital, un incidente en la Roosevelt, se sufre en la Martí y viceversa.

Los motivos son los más variados y muchas veces insólitos, pero más insólito son las medidas, como lo es imponer multas al tráiler que se quede en cualquier ruta, cuando lo que se debería de hacer es organizar las rutas, que un tráiler se quede en el camino es solamente uno de los problemas del tráfico en Guatemala, porque este se detiene por muchos motivos, como lo es si dos conductores tienen un pequeño altercado, como si es un gran choque.

La percepción en general es que ni las autoridades municipales ni las gubernamentales tienen ni han tenido soluciones a los problemas que afronta la ciudadanía, que son muchos y variados, uno de ellos es la movilidad, algo tan importante para poder planificar el día a día tanto de un empleado que tiene que presentarse todos los días a sus labores, como de la madre que tiene que llevar a sus hijos a su lugar de estudio, pero en este país ninguno de los dos puede planificar su día porque cualquier pequeño o grande incidente puede cambiar su día.

Es un motivo más de agobio para la ciudadanía en general, ya sea estar con el pie en el acelerador o como acompañante, la angustia por llegar a determinado lugar es la misma, nos despertamos diariamente y lo primero que muchos pensamos es ¿Cómo amaneció el tráfico? Como si de una persona se tratara.

Como ciudadanos pagamos impuestos si o si, el de circulación uno de tantos, pero también el IUSI, y los arbitrios y tasas municipales que se deben invertir en el municipio, pero parece que en 40 años lo único que ha importado es cerrar calles y sembrar florecitas en temporada de elecciones, pero lo importante se ve de lejos, el resultado es que vivamos inmersos en una masa de hierros que no nos permiten avanzar.

Utilizando como metáfora de una realidad más que evidente, los hierros se traducen en la falta de oportunidades en un país que se ahoga en su propia indiferencia, esa asfixia la vivimos diariamente, y no nos permite llegar a ningún lugar.

Tan grave es la falta de libertad de movimiento en la que vivimos que tenemos que encontrar horarios especiales para salir a cualquier destino, por ejemplo:  o salimos antes de las 16:00 o salimos después de las 20:00 si es de tarde, porque a primera hora no tenemos alternativa, o nos vamos a dormir al carro, los que tenemos o llegamos tarde, ¿Y los que no tienen? A hacer colas interminables.

Si las autoridades no toman medidas inmediatas, no merecen seguir ni un minuto más ocupando un puesto para el que han demostrado no ser competentes.

 

Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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