“Esto no es una democracia, es una dictadura. Una dictadura benévola, pero una dictadura, al fin y al cabo”. William Hurt
Es cierto que cada país es libre y soberano de tomar sus propias decisiones, sin embargo cuando a la vecindad de nosotros se está instituyendo una dictadura, aunado a que la historia es un libro abierto que nos muestra constantemente como inician y el recorrido de este tipo de sistemas en las diferentes sociedades, tenemos que preocuparnos, más aún cuando hemos observado las consecuencias de las dictaduras cercanas y lejanas geográficamente.
Nicaragua, Venezuela y Cuba son ejemplos vivientes de las consecuencias de la implementación de las dictaduras, entre las que se encuentran: Concentración del poder en una persona o grupo, represión o eliminación sistemática de la oposición y ausencia de elecciones libres, muchos pudieran haber pensado que eso no puede suceder en el siglo XXI, o que lo hemos superado, por lo que preocupa, que además de las mencionadas surja una nueva, como se observa está sucediendo.
Las dictaduras se implementan gradualmente, inician restringiendo derechos con el supuesto que se pretende proteger a los ciudadanos de todo tipo de delincuentes, o de cualquier tipo de males, muchas veces con un discurso de Justicia Social, estructurando la institucionalidad de tal forma que las decisiones en general queden en manos de una persona, que se convierte gradualmente en dictador, sin que la mayoría de la población visualice que el sistema en el que vive se está transformando en una tiranía.
Tanto en Venezuela como en Nicaragua todo fue progresivo, hasta que hoy las elecciones son un circo, en el que se convocan, pero siempre gana el mismo de forma fraudulenta, es diferente Cuba país en el que inicia su dictadura producto de un levantamiento, pero sin importar su origen el resultado es el mismo, represión, violación a los DD. HH., y como consecuencia subdesarrollo, baste ver cómo han tenido que migrar los venezolanos, en lo que se ha convertido Nicaragua, o la pobreza que asola Cuba.
La corrupción enraizada en la sociedad es uno de los elementos fundamentales para que la población en general acepte la implementación de este tipo de regímenes, porque cansada del subdesarrollo se vota por el que creemos puede cumplir sus promesas, otro componente que incide en la decisión de la población de acogerse a este tipo de sistema es la inseguridad, y Centroamérica principalmente, se ha visto azotada por el fenómeno social que han constituido las maras, de las que nosotros somos tan víctimas como otros países, cualquier ciudadano se siente agobiado y busca a alguien que pueda solucionar estos problemas que parecen sin solución.
El argumento de que Bukele ha sido electo democráticamente con 82% de votos, tiene la debilidad de la modificación de las reglas del juego, y que antes de las elecciones el Presidente, cambió la estructura institucional, que es donde se encuentra el problema principal, las tiranías se distinguen de las democracias en que no existe división de poderes, porque todo el poder se concentra en una sola persona o grupo, desde el momento en que se disuelven los poderes públicos para colocar a personas afines o manipulables en ellos debe preocuparnos, porque estamos en camino de ser menos libres.
- Lo sucedido recientemente en El Salvador, es parte del proceso de la implementación de una nueva dictadura, que inició desde el momento que su Presidente después de haberse ganado la simpatía popular por medio de su victoria contra las maras, lo cual ha sido excelente porque devolvió al país la tranquilidad, el problema actual, es que cree que solamente él puede mantener esa situación, por lo que vía la modificación de la Constitución, se pretende perpetuar en el poder con el apoyo de la población de momento, como sucedió con Chávez y Ortega, veamos hoy cómo han cambiado los países a peor.
Al observar la situación en la que vive la población tanto en Nicaragua como Venezuela y Cuba, es como menos preocupante que se sigan perfeccionando las dictaduras en América, sin importar si son de derecha o izquierda, al final las ideologías ya no son lo que eran, pero las dictaduras si lo son.