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“La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente”. Maquiavelo

El populismo ha sido identificado como la “Tendencia a defender los intereses del pueblo o la clase social más baja para atraerse su apoyo”. No se identifica ni con la derecha ni con la izquierda, y aunque no se puede negar que ha existido siempre, es a finales del siglo XIX que se empezó a manifestar en dos de las potencias de la sociedad de ese momento como son los EE. UU. y Rusia.

Los populistas apelan a las emociones de la sociedad, por medio de actos simplistas que persiguen que se perciba que se adoptan políticas públicas, que benefician a la sociedad por medio de crear un impacto mediático inmediato, sin reflexionar sobre sus consecuencias a largo y mediano plazo o su viabilidad económica, porque lo que importa es vendernos como muy buenos el día de hoy.

Durante el transcurso de nuestra historia los gobiernos, la oposición, y cualquiera persona, ofrecen soluciones mágicas a problemas complejos, pero además inmediatas, como por ejemplo colocar una piedra en una carretera arruinada,  para ofrecer que se va a reconstruir, o regalar bolsas de comida para indicar que si llegan al poder no faltará la comida, existen en nuestro sistema una gran cantidad de mensajes de este tipo, que tratan de apelar a las necesidades reales, ofreciendo soluciones sencillas e imposibles.

Actualmente, un grupo de diputados presentaron una propuesta de ley, por medio de la cual pretenden distribuir dentro de la población de más de 65 años, como parte de un programa de jubilación universal, Q500.00 mensuales, cantidad con la que se pretende, dicen,  que este grupo de personas obtengan un ingreso digno, como que la dignidad tuviera precio, y por ello nada más alejando de la realidad, por lo que es un ejemplo del mensaje populista de los políticos, porque mientras ellos se autorrecetaron un cuantioso aumento salarial, que no han dado señales de bajar, pretenden que la población asuma como un ingreso digno menos del 1% de lo que ellos perciben, pero que presentan como un acto de bondad que donarán a los mayores un dinero que no les pertenece.

Otro acto populista es la propuesta de ley que, persigue exonerar del pago del impuesto de circulación de vehículos a los propietarios de los mismos, yendo más allá en dos sentidos: 1) Se pretende que se devuelva el impuesto que ya se pagó, 2) El argumento es que como lo establece la ley, este impuesto se designa para la reparación de carreteras, pero como no se encuentren reparadas, que se deje de pagar, obviando las más elementales reglas presupuestarias, y la necesidad de los recursos públicos, pero vendiendo un excesivo proteccionismo.

El resultado de este tipo de situaciones va más allá de actos de supuesta bondad que no es lo que necesitamos los ciudadanos, porque no es necesario que ofrezcan este tipo de políticas buenistas, si los diferentes grupos de políticos corruptos no hubieran robado dinero, además han robado el presente y el futuro, para que después vengan a ofrecer que nos darán una propina, o nos exonerarán de una obligación que no tenemos todos los ciudadanos, porque ojo, no todos tenemos vehículo.

Por si fuera poco, ofrecen lo que no es de ellos, porque es de todos, sin analizar el impacto dentro del Presupuesto y las reglas presupuestarias, porque los recursos que ofrecen regalar no crecen en los árboles, son producto del trabajo de todos los ciudadanos de este país, sean propios o extranjeros porque acá todos absolutamente todos pagamos el IVA.

Dentro de este proceso de populismo irresponsable, en el que se pretende utilizar el dinero de los demás, como que fuera el de nuestra empresa o nuestra casa, y decidir arbitrariamente que hacemos con él, la diferencia es que en lo público, hay reglas que seguir, y no es un paso adelante, es un paso atrás este tipo de ofrecimientos que nacen, no solamente tan inconsistentes como bocanadas de humo, sino que sin fondo alguno.

Lo elemental que se espera de un político es la seriedad, y el populismo no es serio.

Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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