“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”. Nelson Mandela
Circula información sobre un hecho acaecido en la subestación de policía de San Andrés Itzapa por posible ejecución extrajudicial, producto de un delito de odio cometido por seis agentes de policía en contra de dos ciudadanos señalados como homosexuales, en su momento el INACIF confirmó que la causa de muerte de una de las víctimas, un ciudadano canadiense, fallecido después de ser capturado por agentes de la PNC quienes se presume cometieron el delito de ejecución extrajudicial.
Fue en abril de 2024, cuando informan que Milton y Eldin se encontraban en una abarrotería, “cuando unos agentes los capturaron y los condujeron a la subestación policial en donde según la fiscalía los engrilletaron con las manos hacia atrás, y los agentes los golpearon con puños y patadas en las cabezas, en los pechos y en otras partes del cuerpo”.
Durante el Conflicto Armado Interno se llevaron a cabo muchos crímenes de los considerados de lesa humanidad, a pesar de que se firmó la paz, se siguen cometiendo delitos propios del conflicto con el agravante de que sean los propios cuerpos de seguridad quienes los cometan, en el presente caso se debe agregar que existían ya denuncias en contra de agentes de la subestación mencionada, por otros posibles delitos.
¿Para qué se crea el Estado? Dentro de sus objetivos se encuentra proteger las libertades individuales, defender los derechos humanos, y garantizar el bienestar común entre otros, de los antes mencionados el Estado guatemalteco nos ha quedado a deber, porque si es la propia policía la que, sin orden judicial alguna apresa a dos ciudadanos, y los ejecuta sin que se les haya reconocido el debido proceso y la presunción de inocencia, además, antes se les tortura, ¿Estamos ante un estado fallido? Si.
Según informaciones que circulan, en diversos medios de comunicación, se trató de un delito de odio, con componente homofóbico porque se dice que los ejecutados, que no asesinados eran homosexuales, objetivamente el ser mujer, niño o niña, u homosexual en Guatemala es encontrarse en condición de desventaja, con relación al respeto de nuestros derechos, frente a un Estado que nos cobra impuestos, nos impone reglas, pero no nos protege, sumado a que no contamos con garantías mínimas de respeto hacia nuestra vida e integridad física.
Según informa Plaza Pública: “De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), el joven fue estrangulado y falleció por asfixia. Su cuerpo mostró señales de tortura: su mano derecha fue amputada y perdió dedos de la izquierda. Tenía el pantalón y la ropa interior abajo cuando los rescatistas lo hallaron. El hombre canadiense, según el reporte público, murió por una ruptura de la aorta abdominal, luego de derramar alrededor del 66% de su sangre”. Si esto no es tortura, entonces qué es.
¿Ocurre esto en tiempos de paz? Probablemente la respuesta es que no nos encontramos en época de paz, aunado a que, siendo un país conservador, pero con atisbos de tolerancia, existen grupos que no lo son, lo que se respeta, pero lo que no se puede consentir bajo ningún punto de vista es que, se ejecute a seres humanos (Porque fue una ejecución) porque no responden a lo que consideramos debe ser lo correcto.
En este país estamos en desventaja muchos grupos de personas, básicamente los niños y niñas, sin embargo, en un universo en el que, desde hace algunos años se ha respetado al diferente, vemos que no es así, y que quien debe protegernos nos puede quitar la vida, porque no le gustamos, estamos en estado de indefensión.
Si se ha creado conciencia social para con las mascotas, se ha implementado la ley de Protección y Bienestar Animal pero, se ejecuta a seres humanos, y antes se les tortura inmisericordemente, cuando según la BBC: “La homosexualidad fue desclasificada como enfermedad mental en Estados Unidos en 1973”.
En ese orden de ideas el profesor A. Jannini, escribió: «Tras discutir durante siglos si la homosexualidad podría ser considerada una enfermedad, por primera vez demostramos que la verdadera enfermedad que hay que curar es la homofobia».
Si la enfermedad es la homofobia, muchos deberían considerarse enfermos.
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