“Las mentiras de los teóricos de la conspiración suscitan dudas sobre la honradez de quienes denuncian injusticias, aun cuando estén diciendo la verdad.” Sam Harris
Con la creciente invasión de la comunicación alternativa, conocida como redes sociales también han aumentado las teorías de la conspiración, que anuncian desde casos penales inexistentes hasta golpes de Estado, lo que implica que vivamos en un constante estrés, no porque creamos a pie de juntillas que mañana amaneceremos dentro de un nuevo sistema político, sino que como seres humanos creamos que pueda ser posible, que es lo que consigue este tipo de información.
Los periodistas a la antigua, contrastaban la noticia como primer paso, con la evolución de las comunicaciones, aparecieron los llamados creadores de contenido que se alimentan de los likes, mientras más obtengan son más populares, se sustentan en la mayoría de los casos del morbo de sus seguidores, por lo que mientras más sorprendente es la noticia obtienen más seguidores y con ello son más exitosos, la problemática estriba en que para influir más necesitan impactar más, lo que convierte el actual sistema en un constante ventilador que esparce más desinformación, lo que alimenta la creencia que algo va a pasar, y no siempre bueno para la generalidad, además casi nunca pasa.
Por medio de las diferentes redes sociales, especialmente WhatsApp o Telegram se recibe una cantidad de información más falsa que verdadera, que nos presenta escenarios cada vez más sensacionalistas, y por lo tanto más se lee y se comparte.
En el mundo actual tanto como en el pasado, se ha necesitado que alguien se haga cargo de la narrativa, por lo que a nivel general han aparecido analistas de todo y por todo quienes, haciendo uso de la libertad de expresión, realizan análisis que serán recibidos por la comunidad, y que influirán en determinado momento en ella, ¿Cómo hacemos para saber a quién creer? Desarrollando un pensamiento crítico, contrastando la información y acudiendo a otras fuentes, porque si antes las fuentes eran importantes, hoy lo son más.
Nos enfrentamos como nunca a una gran cantidad de analistas, muchos de ellos son personas sin mayores estudios, o si los tienen desarrollan ideas cada vez más conspiranoicas, que los demás, como ejemplo cito que, me llamó la atención escuchar a uno de los usuales analistas invitados a una radio, expresar que con relación a como terminar la persecución política por parte del MP y la cooptación del OJ, esbozando la estrategia siguiente: “Que el fiscal Curruchiche quería ser Magistrado, y que era el puente de oro para el fiscal, y que la opinión pública lo malinterpreto y que era la oportunidad de darles una salida elegante”, en una situación como la que vive el país, él considera el que premiar a los desestabilizadores es la forma de solucionar nuestros problemas, este tipo de información llega a x número de personas de las que muchas pueden dar como solución valida, cuando ha sido una conclusión personal.
En ese orden de ideas, las teorías de la conspiración crecen cada día más, las opiniones fácilmente se convierten en opciones, y después en hechos no contrastados por lo que en determinado momento, quien no contrasta puede creer que las falacias son verdades, mientras a otros se nos para el pelo.
El problema de las opiniones que plantean escenarios fantasiosos, es que alientan las teorías conspiranoicas, como nunca sucedió en la historia, con lo que cada día nos encontramos más desinformados de lo que nos encontrábamos hace una década, lo que incide en crear verdades paralelas que, en algún momento harán dudar a la sociedad de cual fue la verdad de los hechos, transformándolos en relatos sin base real alguna.
Mike Wood manifestó que «Hay investigaciones que muestran un vínculo entre el estrés y la susceptibilidad a las teorías conspirativas», lo que significa que parte de nuestro estrés diario, proviene de la inestabilidad que crean esas teorías que circulan constantemente, y que transmiten escenarios por lo menos alucinantes.
En un país en el que existen más analfabetos funcionales, que analfabetos absolutos la manipulación penetra más que en otras sociedades, por lo que debemos ser más cuidados dentro de nuestro espacio.