Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“La compasión es un verbo”.  Thich Nhat Hanh


 

El fallecido biólogo y monje budista francés Matthieu Ricard, realizó una investigación sobre la neurociencia contemplativa, lo que lo llevó a concluir que a la compasión no debemos analizarla solamente como objeto de estudio en lo interno del ser humano, sino como la “Conciencia de la Ciencia”.

Sostuvo que la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino que es una forma de ser, en su momento se preguntó: ¿No deberían nuestros hijos aprender a ser felices, y también a ser buenos? Según el, con quien coincido, uno de los grandes problemas del individuo es el egoísmo, un sentimiento negativo, que se va cultivando y que no permite ver al prójimo como a un ser humano, menciona que los descubrimientos que el hombre realiza bien puede utilizarlos para hacer el bien o el mal, porque según él somos interdependientes de la sociedad en que vivimos, por lo tanto debemos transformarnos en una colectividad más compasiva, para evitar que los descubrimientos sean utilizados por el ser humano para su autodestrucción.

Es muy interesante como nos da una lección de transformación de nuestros propios sentimientos para lograr lo que llama “Libertad Interior”, la que define cómo eliminar los sentimientos negativos, entre los que menciona al egoísmo, el odio, los celos, o la arrogancia, que nos hacen peores seres humanos, pone como ejemplo las crisis financieras que viven las sociedades constantemente, crisis que no existirían si los individuos no fueran en exceso codiciosos, no llevarían a cabo actos que pusieran a las sociedades constantemente pendientes de un hilo a punto de caer en conflictos cada vez más difíciles de resolver.

En cualquier momento es necesario escuchar a Ricard, si observamos en este momento cómo se encuentra la sociedad nos damos cuenta que no solo tenía razón, también que increíblemente cada vez sus ideas son más actuales, no hay día que no escuchemos ni leamos sobre los avances y la brutalidad de las guerras, y cómo surgen más, si vemos nuestro entorno cercano observaremos cómo hemos retrocedido en muchos aspectos, derivado de la corrupción de funcionarios que ven en la función pública, una forma de enriquecimiento no de servir al prójimo, lo que incide en que aumenten los hechos delictivos, sumado a la corrupción.

Ricard plantea que la solución más viable se encuentra en la educación, ya que debemos convertir a los niños y jóvenes en seres humanos más bondadosos por medio de la enseñanza, asegura que no basta llenar el cerebro con información, si no se desarrolla en ellos calidad humana, debemos dar contenidos académicos y humanos, porque de otra forma lo único que estamos formando son herramientas de inteligencia y tecnología, que sin una base sólida, con  sentimientos positivos, pueden muy bien ser utilizados para el mal, las herramientas que menciona son diversas, y se deben inculcar tanto en el hogar como en los centros educativos.

En su viaje, en búsqueda de la compasión para mejorar la convivencia, menciona a Herberth Spencer, que dijo: “Al débil y entupido de la raza se le debe dejar morir, de modo que el fuerte pueda sobrevivir y la raza humana fortalecerse”. Un pensamiento hoy rechazado, pero que sirvió para el exterminio de millones de seres. ¿Cuántas personas no han actuado bajo la premisa de Spencer?

Se hace necesario, incorporar la compasión no solo como objeto de estudio, hay que darle el lugar que desde hace más de 20,000 años en la tradición Bon tibetana tenía, grandes maestros que ya transmitían este profundo conocimiento, y dejar muy claro que la compasión es la “Conciencia de la Ciencia”, que debe velar por la buena aplicación de esta en todas sus manifestaciones, no es posible que sigamos basando todo nuestro actuar solamente en lo material, principalmente en el dinero y las riquezas, debemos enfocarnos en la serenidad, la armonía y la compasión hacia todo y todos.

Cuando nos encontramos ante la decisión de elegir entre la compasión o el egoísmo, no debemos olvidar que no estamos solos, y que solamente la libertad interna nos dará la sabiduría de elegir el camino que nos haga mejores personas para el crecimiento personal y social.

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