Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Cuando Gregorio se encontraba de nuevo en la oscuridad, afuera las mujeres confundían sus lágrimas o simplemente miraban fijamente a la mesa sin llorar.”
Franz Kafka

La cantidad de sucesos desafortunados que ocurren en Guatemala en los que por momentos sentimos que nos estamos transformando a peor, y que nos da la percepción que estamos sufriendo una metamorfosis como la del protagonista de una de las mejores novelas de Kafka, en la que cuenta la historia de Gregorio, el hombre que de un día para otro se convirtió en escarabajo, nosotros al igual que él, que no pudo detener su metamorfosis de persona a insecto, nos sentimos por momentos inmovilizados para detener nuestra propia inversión.

Veamos, por una parte la población se encuentra dividida entre el respeto al Estado de Derecho, y la duda de que este exista, más la crisis de valores que nos conduce a una espiral constante, tanto que un alto porcentaje de  la ciudadanía se incline por cuestionarse si vale la pena esperar que, en algún momento la institución auxiliar del sector justicia cumpla con su deber, y que lleve a proceso a los delincuentes que andan como Juan por su casa, delinquiendo, mientras la angustia y dolor que producen los asesinatos, aumenta diariamente, crímenes que dejan como secuela  niños huérfanos de padre o de madre a quienes, si no tienen familia, nadie brindará apoyo alguno, porque el gobierno se encuentra muy ocupado tratando de encontrar su propio camino debido a varios factores como la cloaca que encontraron, más la resistencia a darles la opción de gobernar, ¿Qué política real existe en estos momentos para ayudar a las víctimas de la violencia incontrolable? Ninguna.

Si a lo anterior sumamos la percepción que nos embarga, de que la corrupción se encuentra tan enraizada, que solamente con ver las varias obras millonarias que se encuentran estancadas a medio hacer, como un símbolo más que elocuente de la podredumbre instalada en la sociedad y que se resiste a menguar.

No percibimos en el Congreso, mística de trabajo, y propuestas de desarrollo para el país, lo más importante es lo que no han legislado, no lo poco que han hecho, tenemos una necesidad imperiosa de leyes de contenido social, más las modificaciones necesarias para adecuar la normativa a los cambios que sufre la sociedad, somos un ente vivo, que cambia constantemente, y las leyes no nos logran alcanzar.

Así como Gregorio se fue deteriorando desde el día en el que despertó, y sabiéndose encargado de mantener económicamente a su familia, así nos encontramos los ciudadanos sabiendo que mientras la SAT es implacable en el cobro de los tributos, nosotros como sociedad, somos como el protagonista que hemos ido descubriendo que por momentos nos sentimos como él: un insecto: porque no vemos posibilidad que logremos avanzar, y como el escarabajo en el que se convirtió de un día para otro el personaje, como sociedad nos sentimos atrapados en un sinsentido como lo es una transformación en retroceso.

Como le sucedió al protagonista de la novela de Kafka, en la que sus familiares no saben cómo enfrentar los cambios que se dan que los enfrentan a una nueva situación, así nos encontramos nosotros.

Y como a la familia le sucedió, nuestra economía se ve amenazada, porque nos encontramos inmersos en una situación, en la que nos pesa nuestra propia historia de cientos de años, en los que las fuerzas oscuras, siguen tratando de ejercer el dominio en una sociedad que merece y necesita libertad.

No podemos aceptar que nos suceda como al protagonista de la metamorfosis que, creamos que ya no existe solución a nuestra kafkiana situación, no podemos ni debemos encerrarnos, para que nos puedan encontrar muertos.

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