Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“Los éxitos más importantes se consiguen cuando existe la posibilidad de fracasar” Mark Zuckerberg

En cuatro años, gradualmente fueron capturadas la mayoría de las instituciones del Estado, el objetivo era: instaurar una dictadura disfrazada, el golpe final: las elecciones. En la carrera, fueron derribando obstáculos, pero padecieron de una ceguera crónica, que no les permitió ver que, mientras más rivales eran eliminados, en la población crecía más el deseo legítimo de darle un giro a nuestra historia.

A la sorpresa de los resultados electorales, siguió el fortalecimiento de los agentes sociales, que se impusieron a la mayoría de las entidades gubernamentales colonizadas por el régimen, entre estos protagonistas, sobresalen los 48 Cantones que personificaron el sentir popular, no representando una ideología, el grito unánime fue “No a la corrupción” la que ha sido sistemática desde siempre, pero que, desde que Morales llegó al poder, y después con Giammattei, se convirtió en algo obsceno, por ponerle un calificativo.

Es mi opinión personal, que Arévalo obtuviera los resultados que alcanzó en la primera vuelta, constituyó un resultado colateral, que escenificó el hartazgo de la población a un sistema que no responde a los intereses sociales, sino que a una clase corrupta que va en crescendo, porque los límites han ido desapareciendo, a la luz de semejante escenario, la población fue buscando otro tipo de político para darle su voto, sin que el régimen pudiera detectar por dónde iba la corriente, a diferencia de la primera, en la segunda vuelta, el voto fue específico hacia B.A., lo que significa un compromiso para él y su equipo, porque ese voto fue más racional que emocional, no fue un voto de castigo, fue un voto al cambio, y ese tipo de voto es sagrado.

Se conjugaron muchos elementos, para que hoy nos encontremos a un paso de principiar a tratar de virar el timón, ha sido difícil el camino, y no se vislumbra tampoco sencillo, sin embargo, estamos por empezar una ruta diferente a la anterior, con mucha incertidumbre por delante, por lo que nos debemos investir de mucha paciencia, comprensión y sentido político, y aplicarnos nosotros mismos, el conocido refrán “Roma no se hizo en un día”.

Generalmente, los presidentes decepcionan a una parte de la población, desde sus primeras acciones, pero no a todos se les hace sentir de la misma forma, recuerdo que al que se va, le llegaron a apodar Mi Lord, nada más alejado de este título, para un médico de profesión que dejó a la salud, uno de los bienes más preciados de la sociedad en la total indigencia, hermanada a la educación, rubro que entregó a alguien como Acevedo, con un CIV por el que circula el dinero cual confeti, pero con carreteras que asemejan queso suizo, no hizo pues honor al sobrenombre.

Bernardo Arévalo y su equipo van a necesitar más tiempo que los anteriores grupos para que se vea el inicio de algo, ante todo por las condiciones en las que encuentran todo el aparato estatal, con altos índices de corrupción como no se había visto anteriormente, tomando en cuenta que hoy esta descomposición es generalizada con aproximadamente un 10% salvable, sumado a lo anterior la crítica que ya iniciaron quienes en teoría lo apoyaron, y escribo teoría porque desde hace días se cambiaron de calle e iniciaron críticas a veces insulsas, insustanciales y vanas, me temo que en muchos casos es por llamar la atención.

Adicional a lo anterior, la utilización de las instituciones del Estado para llevar a cabo vendettas personales del saliente y todo su séquito, acciones que han debilitado a los organismos, restándoles no solamente credibilidad, también legitimidad, por lo que el reto a vencer es mayúsculo.

Los retos que afrontaremos como población es que los códigos deben cambiar, principiando por nosotros mismos, sin luna de miel, pero sin infierno de hiel.

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