“El que no tiene temor ante los hechos, tampoco tiene miedo a la palabra.”
Sófocles
En la época actual, en la que todo se mide por la tendencia que se instala en las masas, que somos nosotros, como un todo, dejando nuestra individualidad de lado para ser algo indivisible, pero según creemos, conservando nuestra autonomía individual, desde hace años, el personal de todos los equipos de diccionarios Oxford Languages, selecciona la palabra del año, el año pasado fue Inteligencia Artificial, hoy, como reflejo de una realidad que nos golpea cada día es POLARIZACION.
No hay en este momento palabra que describa mejor a la sociedad actual, como la antes mencionada, a diferencia de la del año pasado, que tenía una connotación científica, la del año recién terminado representa, falta de consensos y acuerdos, lo que dice mucho de lo que sucede a nivel mundial, en el que transitamos entre mucha agitación.
Aunque este no es un fenómeno nuevo en nuestro país, en la comunidad global aproximadamente es en los últimos años, que inicia el proceso de polarización, identificado este como un choque de ideas irreconciliables, como hemos podido observar en EE. UU, y Europa, lo que ha significado una considerable disminución de acuerdos, generando desestabilización política, y como consecuencia social y económica.
Iniciando un nuevo año, no falta ser doctor en sociología para asociar la palabra polarización con nuestra sociedad, porque hemos vivido en esta situación siempre, no hemos logrado encontrar puntos de encuentro, en nuestro caso no se trata precisamente de ideologías contrarías, el fenómeno que hemos vivido es producto de los grandes contrastes sociales, en los que unos pocos tienen todo el poder económico, y con ello el político y muchos no tienen nada, con lo que significa esta palabra.
Producto de la polarización en la que hemos vivido, podemos observar cómo históricamente le hemos otorgado un periodo de gracia de 100 días al nuevo inquilino de casa presidencial, algunos no han necesitado tanto tiempo para decepcionar a la sociedad, sin embargo, contrario a la costumbre a Bernardo Arévalo, sin que siquiera haya asumido, ya lo fiscalizan, con el argumento que le dieron el voto, ocasionando un desgaste prematuro e innecesario.
En el país, necesitamos más que nunca que paciencia y comprensión, hay mucha desinformación, instalada en algunos medios de comunicación tradicional, cercanos al régimen actual, y los famosos netcenter, individuos que han encontrado en la creación de bulos, una forma de ganar dinero fácil, partiendo más a la población.
La división en la que vivimos, se ha apostado en las familias, y grupos sociales, últimamente y aunque pocos, hay quienes creen que existió fraude electoral, con poco sustento, pero lo aseguran, en el tema en el que si hay un número mayor de personas que discrepan, se encuentran quienes manifiestan temor sobre las políticas que implementara el próximo gobierno, por el tinte progresista del mismo, el temor al cambio es comprensible, pero injustificado, somos una sociedad demasiado conservadora para adoptar agendas demasiado abiertas, ante todo si leemos nuestra Carta Magna.
Nuestra propia polarización es tan grande, que nos es difícil muchas veces detenernos a analizar un hecho antes de actuar, un ejemplo fue la reacción desmesurada de muchos, por el acompañamiento de algunos políticos a la caminata del 7 de diciembre, o el cuestionamiento a los viajes de agenda de Bernardo Arévalo, bastante complejo es que se haya instalado una crítica constante sobre algo que no ha sucedido (La línea política de Arévalo) por parte de la que será la oposición, que cuenta con muchos medios económicos, como para que por parte de los grupos afines se haya iniciado una campaña de cuestionamientos constantes por lo más mínimo.
Si no nos centramos en lo verdaderamente importante, vamos a perder el camino.